Los oligarcas rusos están descubriendo que los multimillonarios siempre son bienvenidos en algunos sitios, y es que entre quienes están aceptando a estos multimillonarios se encuentra el presidente turco Recep Tayyip Erdogan.
El multimillonario Roman Abramovich, es uno de los que han encontrado en Turquía un lugar para dejar su superyate de 460 pies de eslora y que llegó al puerto de Bodrum, en el Mediterráneo turco.
Abramovich, que ha asistido a las actuales conversaciones de paz entre Rusia y Ucrania que Erdogan está organizando en Estambul, ha trasladado no uno, sino dos superyates a aguas turcas.
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La semana pasada, Erdogan pareció insistir en extender una alfombra roja a los rusos. “Ciertos grupos de capital”, dijo, podrían “aparcar sus instalaciones con nosotros”.
Occidente que ha tratado de sancionar a los amigos más ricos de Vladimir Putin, se ha encontrado con varios desafíos tratando de encontrar los activos de los rusos escondidos en empresas fantasmas dentro de otras empresas fantasma.
El Observatorio Fiscal de la UE, un laboratorio de investigación con sede en París, propone un nuevo “Registro Europeo de Activos” para cortar el subterfugio legal y establecer los propietarios de las participaciones importantes.
Al igual que Turquía, los Emiratos Árabes Unidos han rechazado las sanciones contra los oligarcas vinculados a Putin y se consideran cada vez más un santuario para el dinero ruso.
Al menos 38 ejecutivos de negocios o funcionarios vinculados a Putin poseen una multitud de propiedades en Dubái por valor de más de 314 millones de dólares, informó el New York Times.
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Sinan Ulgen, investigador visitante en Carnegie Europe, dijo que Turquía ha visto un flujo de casi 30.000 exiliados rusos desde la invasión de Putin a Ucrania.
“Erdogan está tratando de mitigar el choque económico en Turquía, y una forma de hacerlo es atraer el dinero ruso que no está bajo sanciones”, dijo Urgen. “Sin embargo, está por ver si incluso esta cantidad de flexibilidad será condonada, particularmente por Estados Unidos”.