Un medio oficialista nicaragüense publicó las primeras imágenes en dos meses y medio del obispo Rolando Álvarez, condenado a 26 años de prisión, mientras era visitado este fin de semana por sus hermanos en un penal cercano a Managua.
En las imágenes, las primeras desde que el religioso fuera llevado a una audiencia judicial el 10 de enero, el obispo aparece vestido con uniforme azul de recluso y más delgado, pero animado mientras habla con sus hermanos Vilma y Manuel Antonio en una sala de la cárcel "Jorge Navarro".
Álvarez fue condenado a 26 años de prisión por varios delitos, principalmente por "menoscabo a la integridad nacional", tras rechazar, un día antes, marcharse a Estados Unidos junto a 222 presos políticos excarcelados y expulsados del país.
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Los tres hermanos conversan sentados en una mesa con mantel blanco, sobre la que hay botellas de gaseosas, jugo y agua mineral, en el video publicado por el portal 19Digital. El medio, que también publicó fotos, dijo que la visita tuvo lugar el sábado en la tarde.
"¿Me ven bien, saludable y la cara cómo me la ven?", pregunta Álvarez sonriendo al periodista que le hace una breve entrevista.
"[Quiero] agradecer a la Virgen Santísima porque hoy es día de la Anunciación del ángel a la madre [...], porque en el día de ella, pues, mis hermanos han podido venir a verme", agrega el obispo de 56 años.
El caso de Álvarez es uno de los temas de tensiones entre el gobierno de Daniel Ortega y la Iglesia Católica, mientras las relaciones diplomáticas de Managua con el Vaticano están al borde de la ruptura.
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Hace dos semanas, el Ministerio de Relaciones Exteriores nicaragüense sostuvo en un comunicado que "se ha planteado una suspensión de las relaciones diplomáticas" con la Santa Sede. Esa declaración surgió días después de que, en una entrevista con el portal argentino Infobae, el papa Francisco calificara al gobierno de Ortega como "dictadura grosera" y dijera que el presidente sufre un "desequilibrio".
Durante la entrevista, el papa argentino también aludió al caso de Álvarez, aunque sin mencionar su nombre. El encargado de negocios de El Vaticano en Nicaragua, Marcel Diouf, abandonó el país el 17 de marzo. Hace un año Ortega expulsó el nuncio, Waldemar Stanislaw Sommertag.
Para el 10 de febrero, un día después de la excarcelación y expulsión de los 222 presos, un tribunal condenó al obispo Álvarez a 26 años y cuatro meses de cárcel y al pago de una multa de 1.600 dólares. Además, lo privó de su nacionalidad nicaragüense y de sus derechos ciudadanos a perpetuidad. Días antes de la entrevista del papa, Ortega cerró dos universidades católicas.