Boris Johnson viajó este miércoles a Kiev para mostrar el apoyo de Reino Unido a los ucranianos en su celebración de independencia, anunciando además la entrega de 2.000 drones y misiles de seguimiento valorados en 64 millones de dólares.
Entre el armamento que el gobierno británico envió a Ucrania se encuentran 850 unidades de los microdrones Black Hornet, que están diseñados para el uso en ciudades y pueblos con la intención de “detectar a las fuerzas enemigas que se acercan”.
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Estos microdrones tienen un tiempo de aprendizaje para los soldados de 20 minutos y cada uno puede transmitir imágenes y videos en directo. Este tipo de aparato ya fue utilizado por las fuerzas británicas en Afganistán.
El diseño de los Black Hornet o “avispones negros” simulan ser un pequeño helicóptero de juguete, tiene un motor silencioso lo que le da ventaja para no ser detectado y puede entrar por ventanas de forma sigilosa para transmitir imágenes de alta definición tras las líneas enemigas.
Los avispones negros miden 16 x 2,5 centímetros y pesan solamente 18 gramos, con las baterías incluidas, pueden alcanzar los 20 kilómetros por hora y pueden volar de forma autónoma hasta 35 minutos.
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Otro dato importante de este tipo de drone es que solo transmite imágenes y no las almacena, por lo que, si es interceptado por las fuerzas enemigas, estas no podrán obtener la información de los datos que había obtenido.