La mayoría oficialista en el Senado mexicano aprobó este miércoles que la Guardia Nacional quede integrada en la secretaría de la Defensa y ahora la reforma constitucional deberá ser discutida y votada por los congresos estatales.
La polémica propuesta, criticada incluso por organismos internacionales, fue avalada con 86 votos a favor del partido Morena y sus aliados y 42 en contra, informó el Legislativo.
Al ser una reforma constitucional, requería de dos tercios de los votos de los legisladores presentes. La semana pasada ya había sido avalada en la Cámara de Diputados.
La iniciativa ahora requiere el voto de al menos 17 de los 32 congresos de los estados que conforman México, la mayoría también controlados por el oficialismo.
Esta es una de las polémicas reformas constitucionales presentadas en febrero pasado por el presidente izquierdista Andrés Manuel López Obrador, quien el 1 de octubre entregará la banda presidencial a su sucesora, Claudia Sheinbaum, también de Morena.
Los partidos opositores han señalado que esto implica la «militarización» de la seguridad pública, pues la Guardia Nacional es el principal cuerpo que se ocupa de esta tarea.
El martes, un comunicado de la ONU fechado en Ginebra subrayó la «preocupación» de expertos del organismo ante la reforma pues se «asignaría de forma permanente funciones de seguridad pública» al Ejército.
«El potencial impacto de esta modificación en el aumento de las desapariciones forzadas y la impunidad es extremadamente preocupante», añadió el comunicado.
La Guardia Nacional fue creada en 2019 por López Obrador para sustituir a la policía federal, y aunque está integrada mayoritariamente por militares, había estado bajo un mando civil en la secretaría de Seguridad.
Sheibaum ha respaldado la iniciativa y rechaza que se trate de una militarización pues ella, una civil, será la comandante de las Fuerzas Armadas.
En 2022, el oficialismo votó una ley secundaria para que este cuerpo pasara a la Defensa, pero la Suprema Corte la declaró inconstitucional.
Ante ello, López Obrador mandó esta propuesta de reforma constitucional, que pudo ser aprobada luego de que en las elecciones del pasado 1 de junio el oficialismo consiguió hacerse de dos tercios de los votos en el Congreso bicameral.
Los militares han ocupado un papel central desde que en 2006 el entonces presidente, el conservador Felipe Calderón, lanzó una polémica ofensiva militar antidrogas.
López Obrador ha mantenido la estrategia militar, pero sin confrontar a los cárteles de las drogas.
La espiral de violencia de varios años ligada al crimen organizado deja más de 450.000 asesinatos y unos 100.000 desaparecidos en México, según cifras oficiales.
En su gobierno, López Obrador ha dejado en manos de militares distintas tareas, desde construir y gestionar aeropuertos hasta controlar puertos y aduanas.