“Me estoy haciendo la muerta”, fue la frase que una maestra dijo a sus alumnos en la Escuela Primaria Robb de Uvalde, Texas, para mantener la calma entre los niños a pesar de haber sido herida de bala.
Elsa Ávila, fue lesionada por Salvador Ramos, de forma inmediata cayó al suelo y empezó a sangrar, afortunadamente pudo mantener tranquilos a sus alumnos, después de cerrar con llave su salón para evitar que el tirador entrara.
Daniel Garza, de nueve años, fue uno de los que presenció la escena, según el testimonio la maestra se percató de lo que estaba sucediendo en los pasillos de la escuela por lo que corrió a la puerta a cerrarla; sin embargo, Ramos se habría dado cuenta de la acción y disparó.
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Herida, pero con vida, Ávila pudo cerrar y pedirle a los niños que mantuvieran la calma. Durante una entrevista para ABC NEWA, Garza detalló que el disparó había a travesado el vidrio de la ventana. En el suelo y con mucha discreción les dijo que solo estaba fingiendo y que todos debían estar callados.
Debido a los múltiples disparos un alumno resultó lesionado dentro del salón, según el testimonio a pesar del miedo y el dolor el niño mantuvo silencio.
Garza detalló que el resto de los compañeros se escondieron debajo de una mesa, junto a la pared donde podían escuchar los múltiples disparos, llantos y gritos de los niños del salón de al lado.
El agradecimiento de los padres
“Personalmente no puedo agradecer lo suficiente a la maestra de mi hijo”, afirmó la madre del menor, Brian Ruiz, uno de los alumnos agregó: “Creo que lo que hizo les salvó la vida a todos”.
Aunque Daniel Garza dijo estar muy agradecido por estar con vida, también lo embarga la tristeza debido a que una de las víctimas de la masacre era Ellie García, una prima del menor que se encontraba en el salón atacado, al ser atendido por las autoridades el menor “Estaba muy preocupado por ella”, explicó su madre.