El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó este viernes que Venezuela "vive un régimen muy desagradable, con una tendencia autoritaria", aunque no llegó a considerarlo una "dictadura", y volvió a exigir que sean publicadas las actas del proceso electoral.
"La oposición dice que ganó, (el presidente Nicolás) Maduro dice que ganó y yo sólo puedo reconocer que el proceso fue democrático si presentan las pruebas", declaró Lula en una entrevista con la emisora de Radio Gaúcha.
El mandatario brasileño comentó la reacción contraria de Maduro y de la oposición a la sugerencia que planteó este jueves de celebrar nuevas elecciones si no se reconoce un resultado.
"No les gustó la idea", reconoció Lula, quien subrayó otra vez que la salida para el conflicto político desatado tras los comicios del 28 de julio "depende única y exclusivamente del comportamiento de los venezolanos".
En el caso de la posición del Gobierno de Brasil, reiteró que para reconocer un resultado de las elecciones es necesario "saber si son verdad los números" que presentan el Consejo Nacional Electoral (CNE), que le adjudicó el triunfo a Maduro, y la oposición, que denuncia un fraude y se atribuye la victoria.
Enrique ter Horst: “Su salida negociada es la única opción que le queda a Maduro”
Para eso, Lula insistió en la difusión de los resultados mesa por mesa, que el Consejo Nacional Electoral aún no ha publicado. "¿Dónde están esas actas?", reiteró.
El presidente brasileño también consideró que el actual conflicto no llevará a una "guerra civil", como se ha advertido en diversos círculos políticos tanto dentro como fuera de Venezuela.
"Creo que hay muchos países dispuestos a ayudar a que vivamos en paz en Suramérica", declaró Lula, quien intenta llevar adelante una suerte de mediación junto con los presidentes de Colombia, Gustavo Petro, y México, Manuel Andrés López Obrador, aunque este último se ha distanciado de ese proceso en los últimos días.
Agregó que el presidente venezolano, Nicolás Maduro, proclamado vencedor por el CNE pese a las denuncias de fraude de la oposición, "sabe que está debiendo una explicación a todo el mundo" y que aún le restan "seis meses de mandato".
Asesor de Lula dice que está impaciente por "la demora de las actas"
El asesor para asuntos internacionales del Gobierno brasileño, Celso Amorim, afirmó este jueves que "está muy clara la impaciencia" del presidente Luiz Inácio Lula da Silva con "la demora de las actas" del proceso electoral venezolano.
Amorim compareció ante la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado y subrayó la "preocupación" e "insistencia" de Brasil sobre la publicación de las actas, que en su opinión le corresponde al Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela, que aún no lo ha hecho pese a que los comicios fueron el 28 de julio pasado.
Mientras Amorim declaraba frente a los senadores, Lula dijo en una entrevista que "hasta ahora" no se sabe quién ganó los comicios pues no se divulgaron las actas y no se ha podido verificar el resultado de forma independiente.
Amorim matizó que la posibilidad de unas nuevas elecciones "la escuchó" en conversaciones con personalidades "de otros países" y que no es una "propuesta concreta", pues eso lo deberían "resolver los propios venezolanos".
Sin embargo, fue enfático en un punto. "Si las actas no aparecen, no vamos a reconocer a ningún Gobierno", declaró, aunque reconoció que Brasil "no puede dar un ultimátum" para su publicación y aclaró que se está llegando "a un punto en que es preciso sentir una evolución real".
El asesor de Lula defendió la mediación que intenta el gobernante brasileño junto con los presidentes de Colombia, Gustavo Petro, y México, Manuel Andrés López Obrador, aunque admitió que este último se ha distanciado "un poco".
Atribuyó ese "retraimiento" de López Obrador a la transición que vive México antes de la investidura de Claudia Sheinbaum, quien asumirá la Presidencia el próximo 1 de octubre.
Amorim subrayó que la mediación de esos tres países ha sido apoyada por diversos países, entre los que citó a Estados Unidos, España, Francia, Canadá y El Vaticano.
Admitió, sin embargo, la dificultad de esa gestión, sobre todo en el escenario de "división política" que existe en Venezuela.