Un cáncer terminal en etapa 4 fue tratado erróneamente durante más de un año en una mujer británica que constantemente se quejaba de dolor de abdomen, pero su médico dijo que se trataba de ansiedad o intolerancia a la lactosa.
El caso fue descubierto en el momento preciso que la mujer de 34 años estaba en el quirófano mientras esperaba la llegada de su tercer hijo. Los médicos le practicaron una cesárea dándose cuenta de la gravedad de la situación de forma inmediata.
“Se hacen llamar profesionales de la salud y se supone que deben brindarnos atención, pero eso es negligencia. Siento que pudo detectarse antes para no tener este diagnóstico tardío, dejaré tres hijos”, sostuvo notablemente consternada Lois Walker.
Recientemente la historia de Lois se ha viralizado en redes sociales debido a que ella explicó como pasó consulta en múltiples centros médicos, doctores que únicamente se dedicaron a recomendar tratamientos para la ansiedad.
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La cadena de Univisión Noticias logró ponerse en contacto con el médico que la atendió en el parto y descubrió el avance de la enfermedad quién además narró que no pudo contener las lágrimas en el quirófano.
“Mis hijos son mi propósito. Quiero concentrarme en crear recuerdos. Si el amor pudiera salvarme, nunca moriría”, expresó Lois Walker, luego que el especialista le informara que no tenía mucho tiempo de vida.
Posterior al parto se sometió a seis rondas de quimioterapia y dos operaciones con el afán de controlar la situación; sin embargo, los médicos aseguran que no hay forma de evitar que la enfermedad continúe avanzando en el cuerpo de la mujer que ya afectó varios órganos.