Más de una semana después de las inundaciones en Libia que dejaron miles de muertos, los sobrevivientes de la ciudad de Derna quieren saber porqué no se repararon las represas que causaron la catástrofe, o quién los ayudará a evitar las epidemias.
"Hace dos años, ya hubo fugas en la gran represa cuando solo estaba medio llena. Habíamos advertido al municipio y exigido reparaciones", dice Abdelqader al Omrani a la AFP desde su cama de hospital en Bengasi, una gran ciudad del este del país.
Según este libio de 48 años, que vio pasar ante sus ojos los cuerpos sin vida de seis familiares arrastrados por las olas en Derna, ahora devastada, se podrían haber evitado miles de muertes.
Los responsables que no hicieron las reparaciones a tiempo "tienen nuestras muertes en su conciencia", asegura.
Según varios informes y estudios, las dos represas que se rompieron presentaban desde 1998 grietas que nunca fueron reparadas.
Tras una manifestación de cientos de residentes, el jefe del ejecutivo en el este de Libia, Osama Hamad, disolvió el lunes el consejo municipal de Derna y anunció la apertura de una investigación.
Ezzedine Miftah, de 32 años, en cuidados intensivos y con una máscara de oxígeno, también señala a las autoridades.
"La culpa es de los funcionarios que no hicieron su trabajo y dejaron que las represas colapsaran", dice este empleado del sector privado cuya familia sobrevivió a las inundaciones.
La rotura de las represas desató una tromba de agua que convirtió el corazón de esta ciudad de 100.000 habitantes en un montón de barro donde los socorristas siguen trabajando retirando cuerpos o usando excavadoras para cavar fosas comunes.
"Después de todas estas muertes, el país finalmente está unido, todos han venido a ayudarnos", dice Omrani.
Pero para esto, agrega su vecino de cama que desea permanecer en el anonimato, "necesitamos un estado".
Se necesitan "miles de millones, una nueva red de alcantarillado", dice a la AFP este padre de familia de 53 años.
Un país dividido
Libia es un país dividido desde la caída de Muamar Gadafi en 2011 y gobernado por dos administraciones rivales: una en Trípoli (oeste), reconocida por la ONU y encabezada por el primer ministro Abdelhamid Dbeibah, y otra en el este, partidaria del mariscal Khalifa Haftar.
"Libia ha ido de problema en problema, pero ahora necesitamos un Estado porque Derna está devastada y todavía hay 70.000 personas amenazadas por epidemias", dice el padre de familia que asegura que nadie imaginaba el "tsunami" que se les venía encima.
Todo fue muy rápido, recuerda Omrani.
"Los muertos, los desaparecidos, la destrucción de Derna, todo esto sucedió entre las 03h00 y las 04h30 de la mañana", recuerda.
Su casa, cercana de una de las dos represas que cedieron, quedó sumergida de golpe. Pudo saltar de la terraza de la azotea, trepar a un árbol y luego ganar la montaña.
Pero cuando el agua finalmente retrocedió, no había "ni edificio ni árbol, solo la montaña y ningún alma viviente. Viví el apocalipsis, sin exagerar", dice a la AFP, intentando no llorar.
Su vecino también dice que sobrevivió "al peor horror del mundo".
Cuando finalmente encontró a su familia después de una hora y media caminando entre escombros y cadáveres, "pensaron que veían un fantasma, estaban seguros de que estaba muerto", recuerda.
Omrani, por su parte, tiene la impresión de revivir "las películas americanas que solíamos ver, donde todo el mundo muere". "Estoy hablando contigo y ni siquiera me doy cuenta de por qué estoy aquí en un hospital", dice.