El Estado hebreo anunció el miércoles que preparaba una "posible" ofensiva terrestre en Líbano, tras varios días de bombardeos contra posiciones del movimiento islamista Hezbolá.
Con Joan Cabasés Vega, corresponsal de RFI en Beirut
Los bombardeos israelíes siguen cayendo sobre Líbano con decenas de víctimas mortales a diario por cuarta jornada consecutiva. Y el jefe del Ejército israelí, Herzi Halevi, ha admitido públicamente que estos ataques son una preparación a una potencial incursión de las tropas israelíes.
"Se puede oír los aviones desde aquí; estamos atacando todo el día. Tanto para preparar el terreno ante una posible entrada, como para seguir atacando a Hezbolá", declaró el jefe de las Fuerzas Armadas israelíes ante una brigada de tanques.
"Su entrada allí con fuerza (...) mostrará [a Hezbolá] lo que es encontrarse con una fuerza de combate profesional", añadió.
Halevi asegura que las Fuerzas de Defensa de Israel están atacando de manera continua y simultánea centenares de posiciones militares de Hezbolá, pero la cifra total de víctimas mortales da una idea de la brutalidad que los libaneses sufren sobre el terreno.
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Durante el día de ayer fueron 81 muertos y 400 heridos. Y desde el lunes, son más de 650 víctimas mortales, de las cuales más de 50 son niños y otras decenas de víctimas son civiles. La ocupación de parte del territorio sería relativamente sencilla para Israel puesto que hay un margen de 10 kilómetros hacia dentro de Líbano donde casi todo el mundo ha abandonado la zona.
La historia demuestra que la ocupación del sur de Líbano no trae la paz a Israel. De hecho, fue en el contexto de la ocupación de este territorio durante casi 20 años hasta el año 2000 en el que nació la milicia libanesa Hezbolá como respuesta a la presencia israelí.
Hace pocos minutos se han reportado fuertes bombardeos israelíes sobre puntos de conexión entre Líbano y de Siria, en un aparentemente intento de aislar el sur de Líbano antes de invadirlo.
Por el momento, Israel afirma que su meta es asegurar el regreso a sus hogares de los habitantes del norte desplazados por las hostilidades con Hezbolá, iniciadas desde el estallido de la guerra en Gaza.
"No descansaremos hasta que [los desplazados del norte] regresen a sus hogares", afirmó el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.