El Consejo de Derechos Humanos de la ONU iniciará una investigación sobre la represión de las manifestaciones desencadenadas en Irán por la muerte de la joven Mahsa Amini, con el fin de reunir pruebas sobre las violencias y eventualmente juzgar a los responsables.
Reunidos de urgencia por iniciativa de Alemania e Islandia, los 47 países miembros de la más alta instancia de las Naciones Unidas en materia de derechos humanos decidieron en una votación nombrar un equipo de investigadores de alto nivel para esclarecer todas las violaciones de los derechos humanos vinculadas con la represión de las manifestaciones en Irán.
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La resolución fue aprobada por 25 votos a favor (entre otros de Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, Argentina y México), 6 en contra (entre otros de China, Venezuela y Cuba) y 16 abstenciones (incluyendo Brasil y Qatar) en una reunión urgente del Consejo de Derechos Humanos en Ginebra.
El consejero estadounidense de seguridad nacional, Jake Sullivan, ve en la votación “la demostración clara del compromiso internacional creciente de hacer que rinda cuentas el régimen iraní por su represión brutal del pueblo”, según un tuit.
“Las autoridades iraníes no podrán llevar a cabo esta violenta represión de forma anónima; la comunidad internacional los está observando”, estimó la embajadora estadounidense Michèle Taylor.
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Amnistía Internacional aplaudió “una resolución histórica” que supone “un paso importante para acabar con la impunidad”.
En pleno debate ante el Consejo, la agencia de prensa iraní Fars anunció la detención del futbolista Voria Ghafouri, acusado de haber “insultado y ensuciado la reputación del equipo nacional” y de hacer “propaganda” contra la República Islámica.