El líder de Hamás, Ismail Haniyeh, murió el miércoles en Teherán en un bombardeo imputado a Israel tanto por el movimiento islamista palestino como por Irán, que juraron venganza, lo que atiza el temor de que la guerra en Gaza se propague en Oriente Medio.
El guía supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, prometió un "duro castigo" a Israel, y afirmó que Teherán tiene el "deber de buscar venganza".
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El nuevo presidente iraní, Masud Pezeshkian, afirmó en un comunicado que "los sionistas pronto verán las consecuencias de su acto terrorista y cobarde".
Israel declinó hacer comentarios sobre el ataque, que se produjo después de que el ejército israelí bombardeara un suburbio de la capital de Líbano el martes y matara al comandante militar de Hezbolá Fuad Shukr.
Las muertes de ambos altos cargos de estos movimientos enfrentados a Israel atizan el temor de que la guerra en Gaza, desencadenada por el ataque de Hamás del 7 de octubre en el sur del Estado hebreo, derive en un conflicto más amplio en Oriente Medio.
"El hermano, el líder, el muyahidín Ismail Haniyeh, líder del movimiento, murió en un ataque sionista en su residencia en Teherán", afirmó en un comunicado el movimiento palestino.
Un miembro de la oficina política de Hamás, Musa Abu Marzuk, aseguró que la muerte de Haniyeh "no quedará impune".
Haniyeh, de 61 años y que vivía en el exilio entre Turquía y Catar, estaba en Irán para asistir a la ceremonia de investidura de Pezeshkian.
Irán declaró tres días de luto oficial y el jueves se celebrará una ceremonia funeraria "oficial y pública" en Teherán, antes de trasladar el cuerpo del líder a la capital de Catar, Doha, donde será enterrado el viernes, indicó Hamás.
El Consejo de Seguridad de la ONU tenía previsto celebrar el miércoles por la tarde una reunión de urgencia tras la muerte de Haniyeh, a petición de Irán.
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Catar pone en duda la mediación
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, advirtió que los bombardeos en Beirut y Teherán constituyen una "peligrosa escalada en un momento en que todos los esfuerzos deberían llevar a un alto el fuego en Gaza".
Esto "podría sumir a la región en el caos y socavar las posibilidades de paz", alertó la cancillería de Catar, donde está instalada la dirección política del grupo palestino y que es un país clave en las negociaciones para el cese el fuego entre Israel y Hamás.
Estados Unidos, principal aliado de Israel, también mostró su preocupación por una posible escalada, afirmando que los ataques "no ayudan" a rebajar la tensión, aunque no prevé una conflagración "inminente", declaró el portavoz de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby.
Por su parte, numerosos países como Turquía, China, Rusia o Catar condenaron la acción y alertaron del riesgo de empeoramiento y extensión del conflicto.
El ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil aseguró que estos actos de violencia "obstaculizan aún más las posibilidades de una solución política al conflicto en Gaza".
Se sumó a las condenas el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás, un rival político de Hamás, que pidió a los palestinos "permanecer unidos, mantener la paciencia y seguir firmes contra la ocupación israelí".
Haniyeh, era considerado como un político pragmático y mantenía buenas relaciones con las distintas facciones palestinas, incluso sus rivales.
Cientos de personas se manifestaron el miércoles para protestar por la muerte del líder islamista en Teherán, en Amán --la capital de Jordania--, en campos de refugiados palestinos en Líbano, en Rabat --la capital de Marruecos--, en Túnez y en Estambul.
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Bombardeo contra Hezbolá en Líbano
La guerra en Gaza comenzó el 7 de octubre, cuando combatientes islamistas mataron a 1.197 personas en el sur de Israel, en su mayoría civiles, según un balance de AFP basado en datos oficiales israelíes.
También secuestraron a 251 personas. El ejército israelí estima que 111 siguen cautivas en Gaza, de las que 39 habrían fallecido.
En respuesta, Israel lanzó una campaña militar en Gaza que ha matado al menos a 39.445 personas, según el Ministerio de Salud del territorio, gobernado por Hamás desde 2007.
Haniyeh, originario de una familia que huyó a Gaza cuando se creó el Estado de Israel, se unió a Hamás en el momento de su fundación en 1987, coincidiendo con la primera intifada.
Fue primer ministro de la Autoridad Palestina en un gobierno de unidad, antes de la ruptura, y asumió el liderazgo político de la organización en 2017.
Las hostilidades entre los movimientos aliados de Hamás contra Israel se han incrementado desde el estallido de la guerra en Gaza.
El ejército israelí bombardeó el martes un bastión de Hezbolá en el sur de Beirut, causando la muerte del comandante militar de este grupo chiita, Fuad Shukr.
Hezbolá confirmó este miércoles la muerte del "gran líder combatiente Fuad Shukr" y calificó el bombardeo de "violento ataque" y un "grave crimen".
Israel describió a Shukr como la "mano derecha" del jefe del grupo Hasán Nasrallah y responsabiliza a Hezbolá del impacto de un cohete en una cancha de fútbol que mató a 12 menores el sábado en una zona del territorio anexado de los Altos del Golán.