La antigua casa del fundador de la República Islámica, el ayatolá Ruholá Jomeiní, reconvertida en un museo se incendió.
Medios oficiales iraníes negaron este viernes que manifestantes hayan prendido fuego a la edificación.
La agencia de noticias Tasnim, cercana a la Guardia Revolucionaria, afirmó que un “pequeño” grupo de personas protestó ayer frente a la casa donde nació el líder religioso en 1902 en la ciudad de Jomein, en el centro del país.
Pero negó que los manifestantes prendiesen fuego a la vivienda reconvertida en un museo en honor del religioso, tal y como han anunciado activistas.
Numerosos vídeos sin verificar compartidos en redes sociales mostraron la supuesta vivienda en llamas ayer por la noche y una multitud jubilosa celebrando la acción.
Jomeiní lideró la Revolución Islámica de 1979 y fue el primer líder supremo de la República Islámica, contra la que ahora protestan jóvenes y mujeres pidiendo su fin.
Irán vive protestas desde la muerte el 16 de septiembre de Masha Amini, tras ser detenida tres días antes por la Policía de la moral por llevar mal puesto el velo islámico.
Al grito de “mujer, vida, libertad”, el eslogan de las protestas, se suman consignas contra la República Islámica, los clérigos y el líder supremo de Irán, Ali Jameneí.
Las protestas se han intensificado desde el martes, tras un llamamiento de activistas a conmemorar las movilizaciones de 2019, en las que murieron 300 personas, según Amnistía Internacional.
En numerosas ciudades del país se están produciendo huelgas, pero es difícil conocer su alcance dadas las limitaciones de internet y la falta de información oficial.
Las movilizaciones también están siendo más violentas, con al menos dos ataques a tiros contra viandantes y fuerzas de seguridad que han dejado al menos 12 muertos en los últimos días.
Activistas han denunciado que las fuerzas de seguridad han aumentado la represión en los últimos días, mientras que internet vuelve a una fuerte censura.