Una familia originaria de Corea y residente en Nueva Jersey, Estados Unidos, ha presentado una demanda por $50 millones a una funeraria local por colocar el cuerpo equivocado en el ataúd de su madre y luego retirarlo de la tumba frente a los dolientes durante los actos fúnebres.
Kyung Ja Kim tenía 93 años. Murió en noviembre de 2021 y su cuerpo fue entregado a la funeraria Central Funeral Home of New Jersey en Ridgefield para que fuera embalsamado, no obstante antes del funeral, cuando se abrió el ataud, Kummi Kim, hija de Kyung, se dio cuenta que algo andaba mal.
Kummi no reconoció a su madre, no obstante algunos miembros de la familia consideraron que el exceso de maquillaje y las técnicas de embalsamado la hacía ver un poco más joven. Más tarde se dieron cuenta que la funeraria había confundido los cuerpos de dos mujeres con el mismo apellido, explicó Kummi en una conferencia de prensa el 26 de julio.
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El abogado de la familia dijo a medios que la familia Kim había entregado ropa tradicional de Korea y la dentadura postiza de su familiar a la funeraria la cual fue colocada a otra persona. La dentadura postiza fue encontrada después abajo de la almohada del ataúd donde estaba el cuerpo de la mujer equivocada que tenía sus propios dientes, señala el New York Post
La demanda fue presentada el 25 de julio en en el Tribunal Superior del estado en el condado de Bergen. Según consta en la misma, Haemin Gina Chong, director de la funeraria detuvo el entierro al momento que el ataúd era bajado a la tumba y frente a los dolientes lo regresó a la funeraria donde reconoció el error.
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Al entierro de Kyung Ja Kim llegaron familiares y amigos, algunos que viajaron desde Corea para darle el último adiós. Días después se llevó a cabo un segundo servicio al que muchos de los dolientes ya no pudieron asistir, afirmó la familia.
La funeraria, que no ha respondido las interrogantes de medios locales, ofreció a la familia reembolsarles los $9,000 dólares que pagaron por los servicios, no obstante la familia ha señalado que si la demanda prosperaba, no aceptaría ningún dinero y, en cambio, lo donaría a su iglesia.