Los hondureños esperan la sentencia por narcotráfico contra el expresidente de su país, Juan Orlando Hernández, en Nueva York (EE.UU.), que se dictará este miércoles, en un hecho sin precedentes en la historia política de Honduras.Hernández, quien ejerció el poder durante ocho años (2014-2022), los últimos cuatro de manera irregular porque la Constitución de Honduras no permite la reelección bajo ninguna modalidad, lo extraditaron en abril de 2022 a EE.UU., acusado por ese país de tres delitos asociados al narcotráfico, por los que en marzo pasado lo declararon “culpable” en Nueva York.
La opinión casi generalizada de expertos, abogados y analistas en Tegucigalpa y Nueva York, es que a Hernández lo condenarán a al menos una cadena perpetua, más 30 años, la misma sentencia que en marzo de 2021 recibió su hermano Juan Antonio Hernández, quien también enfrentó un juicio en Nueva York por narcotráfico.
Para Mike Vigil, exjefe estadounidense de Operaciones Internacionales de la Administración para el Control de Drogas (DEA), el exmandatario hondureño lo condenarán a cadena perpetua, porque el juez Kevin Castel, que ha llevado el caso en Nueva York, “sabe perfectamente bien que Juan Orlando Hernández era la cabecilla intelectual de esta conspiración” para enviar droga a Estados Unidos.
EE.UU. hizo lo que le correspondía a la Justicia hondureña
Vigil dijo al Canal 3 de Tegucigalpa que Hernández, además, se habría aprovechado como presidente del país y titular del Parlamento (2010-2014) para convertir a Honduras en “un narcoestado”.
El expresidente lo entregaron a Estados Unidos, esposado de pies y manos, antes de que se cumplieran tres meses de haber finalizado su segundo mandato, el 27 de enero de 2022.
La sentencia contra Hernández se espera en Honduras entre el júbilo de algunos sectores porque EE.UU. hizo lo que le correspondía a un sistema de Justicia hondureño corrupto desde hace muchos años; el rechazo de una minoría que considera que es “inocente”, y la reiterada posición de su familia, liderada por su esposa, Ana García, que considera que se ha cometido una injusticia contra el exgobernante de 55 años.
Uno de los hijos de Hernández difundió este martes un video en redes sociales en el que afirma que la Fiscalía de Nueva York intentó pintar a su padre “como un enemigo de los Estados Unidos, usando testimonios de narcotraficantes y asesinos confesos”.
Ana García reiteró por su parte que tiene la fe de que Dios “hará justicia” a su familia “y se reconocerá la inocencia” de su esposo.
Aunque, “pudiera ser que los malos que odian a mi esposo sigan ejerciendo su influencia malintencionada para ensañarse con una condena injusta”, añadió.
Hernández convirtió a Honduras en un narco-Estado, según EE.UU.
Estados Unidos asegura que Hernández, de 55 años, usó su poder como presidente para convertir a Honduras en un narco-Estado que facilitó la importación de cientos de miles de kilogramos de cocaína a EE.UU.
En el juicio, que duró poco más de dos semanas, la Fiscalía no pudo aportar pruebas -correos, llamadas u otros mensajes incriminatorios- más allá de los testimonios de los mismos narcotraficantes hondureños deportados bajo su Gobierno, quienes testificaron tras negociar beneficios carcelarios.
Los testigos estrella, que cumplen sentencia en prisiones de este país, aseguraron que el exmandatario aceptó dinero de los carteles de las drogas para llegar al poder, incluso un millón de dólares del de Sinaloa, dirigido entonces por Joaquín ‘el Chapo’ Guzmán.
También dijeron que usó recursos del Estado para proteger los cargamentos de cocaína que pasaban por Honduras desde Suramérica, con destino a México y de allí a EE.UU.
Cartas al juez
Como parte del proceso previo a la condena, su abogado Renato Stabile también envió una extensa misiva al juez para pedir que considere una sentencia máxima de 40 años para su cliente, reafirmar su inocencia y asegurar que seguirá luchando por un juicio “justo”.
Entre las personas que han enviado cartas al juez figura además su esposa, también abogada, Ana García, que utiliza con frecuencia las redes sociales para abogar por su esposo, con el que tiene tres hijos.
“No es justo lo que hicieron contra mi esposo, lo trataron como un prisionero de guerra aislado en una celda para terroristas bajo el proceso que usted dirige. Usted mismo dictó órdenes que luego usted mismo ignoró (…)”, indicó García.
“Fue un proceso donde prevaleció la injusticia que terminó condenando a un inocente. Y eso, señor Castel, lo vio Dios, sus pensamientos y sus manipulaciones. Él las conoce”, argumentó en su ataque al magistrado.
Igualmente dejó claro al juez que “lo que han logrado (con el sistema de justicia de EE.UU.) es premiar a los delincuentes que dirigen los carteles de la droga que la misma DEA permite que ingrese a Estados Unidos”.
Un replanteamiento del sistema judicial en Honduras
Hasta ahora, ninguna petición de la defensa de Hernández, del mismo exgobernante y de su esposa hecha al juez Castel para que no lo sentencien a cadena perpetua o que se le declare inocente, ha tenido eco en Nueva York.
Tampoco se tomaron en cuenta las afirmaciones de Juan Orlando Hernández de que en su Gobierno luchó contra el tráfico de drogas, que durante su Administración comenzaron las primeras extradiciones de narcotraficantes a Estados Unidos, y el reconocimiento a su labor que tuvo por parte de altos cargos del Gobierno de Estados Unidos.
El narcotráfico en Honduras se comenzó a asomar en la mitad la década de 1970 y fue creciendo a la vista de todas las autoridades del país, salpicando a la vez a políticos, entre ellos diputados del reciente pasado y del actual Parlamento, empresarios y militares, entre otros.
La sentencia de Juan Orlando Hernández de este miércoles, la primera contra un expresidente de Honduras por narcotráfico, supone un replanteamiento del sistema judicial del país centroamericano, que se ha convertido no solo en lugar de tránsito de la droga procedente de América del Sur, sino también en productor de arbustos de hojas de coca y procesador de cocaína.