Los incendios de Hawái que han consternado al mundo esta semana son un fenómeno “muy raro” que no suele darse en islas y cuyas causas tienen, en su mayoría, un origen en el cambio climático, asegura el experto en geografía física y riesgos naturales Matthew Blackett.
Los fuegos forestales que desde el martes han recorrido velozmente la isla de Maui y han calcinado su ciudad histórica de Lahaina se han cobrado al menos 89 vidas humanas, un número que se espera siga aumentando a medida que pasen los días, pues aún se desconoce el paradero de centenares de personas.
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Además de su inusual impacto -son los incendios forestales más letales del último siglo en Estados Unidos, según alegaron las autoridades el sábado- se trata de un fenómeno “muy raro”, incide Blackett, especialista de la Universidad británica de Coventry.
En las islas es extraño que se formen fuegos forestales, explica, “en parte porque están rodeadas de agua, así que cuando un viento se mueve sobre el océano, que es muy plano, en cuanto llega a la isla se ve obligado a elevarse, y ese aire contiene mucha agua porque acaba de volar sobre el océano, y a medida que se eleva sobre la tierra, el agua que ha recogido se convierte en nube y conduce a la precipitación”.
No obstante, este verano se han producido incendios forestales en diversas islas, como los de Grecia o el de la isla española de La Palma, aunque Blackett aclara que esos fuegos -que han ocurrido gracias a unas condiciones de sequedad de la tierra importantes- no responden al mismo fenómeno que lo sucedido en Hawái, un archipiélago que siempre se caracterizó por ser muy húmedo.
Un caso particular
El caso del archipiélago estadounidense es especialmente particular, recalca Blackett, pues “son unas islas que están en medio de la nada, y que nunca habían tenido sequías”, pero que en los últimos meses ha atravesado una fuerte sequía que muy posiblemente se deba al cambio climático, asegura el experto.
Las autoridades locales de Hawái han atribuido a esas condiciones de sequía, así como a los vientos procedentes del huracán Dora, la velocidad y virulencia de las llamas que han arrasado esta semana la isla de Maui.
“El huracán ocurrió a unos 700-800 kilómetros al sur de Hawái, pasó por las islas y, al succionar aire, generó vientos realmente fuertes allí, que avivaron el fuego”, precisa Blackett, que señala además que se trata de un huracán “inusualmente” virulento -de una longitud de más de 4.000 millas (más de 6.400 kilómetros)-, algo que también tiene relación con el cambio climático
“Los científicos han estado diciendo durante mucho tiempo que el cambio climático, con los océanos más cálidos, generarán acontecimientos de huracanes más grandes”, apunta Blackett.
Un estudio reciente de la Unión de Científicos Preocupados, publicado en la revista Environmental Research Letters, afirma que las emisiones producidas por 88 principales productores de combustibles fósiles y empresas cementeras están detrás de aproximadamente el 37 % de la superficie quemada en incendios forestales desde 1986 en la región occidental de Norte América.
Blackett tampoco duda en señalar a la industria del gas y del petróleo como culpables del incremento en la frecuencia y dureza de los fuegos forestales en el mundo, y enfatiza que “como humanos, debemos comprender el impacto que nuestras acciones están teniendo en el planeta”.
Cambios en las islas
Voces como la del hawaiano indígena y activista Kaniela Ing, director de la coalición Green New Deal Network, han recriminado a la prensa que se refiera a la isla de Maui como un destino turístico, haciendo hincapié en que la isla no está habitada sólo por turistas, sino que allí viven nativos como los kanaka maoli -su pueblo-, y muchos otros residentes permanentes.
Blackett juzga que precisamente los cambios en el paisaje asociados a la transformación de la economía hacia un modelo centrado en el sector turístico -en detrimento del sector primario- han contribuido a generar esas condiciones tan favorables para las llamas.
“La gente ha vivido durante miles de años en estas islas y los incendios forestales no las han afectado. Lo que el turismo ha hecho a las islas de Hawái, como a muchos otros lugares, ha sido reemplazar algunas formas de vida tradicionales, como la agricultura, por cemento, asfalto y atracciones turísticas”, abunda el experto.
También recalca otros factores asociados a la colonización de Hawái. Por ejemplo, la introducción involuntaria de especies invasoras como la hierba de Guinea, que allí, con las condiciones de humedad de las islas, crece de media 15 cm por día, pero cuando hay una sequía como la que atraviesa el archipiélago “esa hierba es combustible para fuegos”.