Se cumple un mes desde el ataque el 7 de octubre del movimiento palestino Hamás. El corresponsal de Radio Francia Internacional, Joan Cabasés Vega, entrevistó a varios israelíes en Jerusalén con ocasión de este aniversario.
Hoy es 7 de noviembre, pero, un mes después, muchos israelíes sienten que el 7 de octubre nunca terminó. Michel Rothe, israelí de unos 70 años, atiende a RFI en Jerusalén y lo hace mientras observa un homenaje a los israelíes secuestrados en Gaza. Para él, la misión por el rescate de los cautivos justifica la actual ofensiva israelí contra la franja.
"No olvides que parte de los secuestrados son gente mayor y bebés. ¿Cómo podría el mundo aceptar algo así? Aunque sea difícil ver lo que le ocurre a la población de Gaza, pero… lo siento. No somos nosotros quienes hemos empezamos este conflicto el pasado 7 de octubre", dice Rothe.
Este israelí considera que el gobierno está haciendo mal algunas cosas, pero afirma que no es el momento para rendir cuentas y sí, en cambio, para mostrar unidad. Asegura, además, que la paz depende de los palestinos: "Por supuesto, es terrible lo que le ocurre a la gente de Gaza, pero todos ellos votaron y eligieron al gobierno de Hamas. Tenemos que hacer la paz con el enemigo, pero el enemigo debe estar preparado para ello".
En el mismo homenaje a los israelíes secuestrados se encuentra un joven ultra-ortodoxo llamado Israel Levin. Aunque existe una fracción residual de israelíes que están en contra de la ofensiva contra Hamas en Gaza, Levin afirma con convencimiento que el 100% del país la apoya. Se muestra, además, muy frustrado con Europa.
"Ochenta años atrás, seis millones de judíos fueron asesinados por el nazismo y mucha gente en Europa no hizo nada para ayudarlos. Hay gente que se manifiesta en ciudades europeas con banderas palestinas, dando apoyo a Hamas. Es exactamente como decir que no les importa que los judíos estén siendo asesinados sin ningún motivo en 2023”, dice Levin y agrega que el fin del conflicto depende de los palestinos.
"Golda Meir, que fue primera ministra de Israel, decía que ‘si Israel deja las armas, habrá un genodicio. Y si los árabes dejan las armas, habrá paz’. Así que cuando los árabes dejen las armas, habrá paz. Tienes que hacerles las preguntas a ellos. Nosotros estamos preparados para la paz", concluye Levin.
Al final de la calle, sentado en un banco, se encuentra Yair, un hombre ultra-ortodoxo que admite su impotencia: "Yo quiero la paz. Quiero que judíos y musulmanes vivan en paz. Pero, ¿qué es lo que hay que hacer para lograrlo? La verdad es que no lo sé".