Miles de manifestantes partidarios de la adhesión de Georgia a la Unión Europea se congregaron la noche del lunes, por quinto día consecutivo, frente al Parlamento en la capital Tiflis pero fueron dispersados por la policía, en un momento en que se agudiza la crisis en este país del Caúcaso.
El primer ministro, Irakli Kobakhidze, prometió horas antes «no negociar» con la oposición, indignada por la decisión del partido oficialista Sueño Georgiano de aplazar las conversaciones de adhesión a la UE tras proclamarse vencedor en unas elecciones del 26 de octubre.
Ese partido, en el poder desde 2012, es acusado por sus detractores de deriva autoritaria prorrusa.
Georgia está sumida en una crisis política desde que Sueño Georgiano proclamó su victoria en las elecciones legislativas, entre denuncias de fraude de la oposición y la presidenta prooccidental, Salomé Zurabishvili.
Los manifestantes agitaron el lunes banderas de Georgia y de la Unión Europea frente al Parlamento, epicentro de las tensiones, constató una periodista de la AFP.
Como el día anterior, las fuerzas de seguridad colocadas ante el edificio utilizaron cañones de agua para dispersarlos.
Luego reprimieron los manifestantes que ocupaban la plaza frente al Parlamento, pero miles siguieron marchando por la avenida Rustavi hacia las 00H30 del martes (20H30 GMT del lunes), según reporteros de la AFP.
Miles de manifestantes pro UE, se congregaron en la ciudad portuaria de Batumi, segunda ciudad del país, reportaron los medios locales.
Kobakhidze, acusado por sus críticos de ser prorruso, afirmó este lunes que las protestas están «financiadas desde el extranjero» y prometió que «no habrá revolución en Georgia».
Arremetió contra los países occidentales por no condenar la «violencia organizada» durante las marchas y por las críticas contra el uso excesivo de la fuerza por parte de la policía.
Protestas siguen
En Tiflis, los manifestantes se declararon decididos a no dar marcha atrás.
«No nos importan sus órdenes, violan la ley todos los días», declaró a AFP Giorgi, de 35 años. «Tenemos que quedarnos aquí y protestar contra esta dictadura que se avecina».
La presidenta Zurabishvili afirmó este lunes que la movilización proeuropea no da visos de «parar» en el país.
«Otra impresionante noche en la que los georgianos defendieron firmemente su Constitución y su elección europea», escribió en la red social X.
«La determinación en las calles no da muestras de parar», aseguró la presidenta, que tiene poderes muy limitados y está en ruptura con el gobierno.
El partido Sueño Georgiano decidió la semana pasada aplazar a 2028 las negociaciones de adhesión a la Unión Europea.
Esto desencadenó protestas masivas en su contra, pese a que el oficialismo sostiene que quiere que el país integre la UE para 2030.
La adhesión al bloque europeo figura en la Constitución del país, de 11 millones de habitantes, ubicado a orillas del mar Negro.
Más de 200 detenidos
El domingo los manifestantes se concentraron en Tiflis y otras ciudades, donde fueron dispersados con cañones de agua y gases lacrimógenos por la policía, que fue blanco de proyectiles y bengalas lanzados por algunos manifestantes.
El Ministerio del Interior indicó el lunes que 21 policías fueron heridos en las protestas y altercados en la movilización del domingo.
Desde que empezaron las manifestaciones el jueves pasado, más de 200 personas han sido detenidas, según el Ministerio.
El movimiento de protesta no tiene líder, pero los georgianos que movilizados afirman estar determinados para seguir defendiendo que el país se acerque a Europea.
Medios locales reportaron el lunes huelgas en escuelas y empresas. Universidades y escuelas «expresan su solidaridad con los manifestantes en todas partes de Georgia», celebró la presidenta Zurabishvili.
Kobajidze descartó convocar nuevas elecciones tras la victoria de Sueño Georgiano en octubre. «Por supuesto que no», respondió a periodistas que le preguntaron al respecto.
Durante las protestas del domingo, la multitud coreó eslóganes hostiles a Moscú.
Preocupa a Rusia
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, declaró el lunes que el gobierno georgiano trata de «recuperar la calma».
Georgia está todavía muy marcada por la invasión rusa en una breve guerra en 2008 y por la amenaza de una nueva ofensiva, como la de Ucrania.
La exrepública soviética obtuvo el estatus de candidato a integrar la UE en diciembre de 2023, pero el proceso fue congelado por Bruselas, que acusa al Ejecutivo georgiano de adoptar medidas que socavan la democracia.
Protesta de la oposición georgiana frente al Parlamento en Tiflis este domingo. EFE/EPA/David Mdzinarishvili
Preocupa a Rusia una posible revolución en Georgia contra régimen prorruso
El Kremlin alertó de los intentos de organizar una revolución popular como la ucraniana en Georgia, escenario desde hace días de violentas protestas por la decisión del Gobierno de suspender las negociaciones de ingreso en la Unión Europea (UE).
“El paralelo más directo es lo ocurrido en el Maidán en Ucrania. Se dan todos los indicios de que se intenta de organizar una Revolución Naranja”, dijo Dmitri Peskov, portavoz presidencial, en su rueda de prensa telefónica diaria.
Peskov lo consideró un “asunto interno”, aunque subrayó que “a la vista hay un intento de desestabilizar la situación” en el país caucásico.
El primer ministro amenaza con ilegalizar a la oposición
El primer ministro georgiano, Irakli Kobajidze, amenazó hoy con pedir al Tribunal Constitucional la ilegalización de los partidos opositores, a los que acusó de actuar abiertamente contra el orden legal vigente en el país.
No obstante, en una reunión del Gabinete de Ministros transmitida en directo por televisión, el mandatario georgiano ha añadido que “hay que esperar a ver cómo se desarrollan los acontecimientos”, tras afirmar que “todo está en manos del Gobierno”.
Al mismo tiempo, Kobajidze declaró su disposición a mantener un “sano debate” con los participantes en las protestas que estallaron el pasado jueves, cuando el Gobierno anunció la congelación hasta 2028 del inicio de la negociaciones de adhesión con la Unión Europea.
“Proponemos cualquier tipo de formato de debate”, dijo el primer ministro, quien admitió que tiene pocas esperanzas de que fructifique esta iniciativa.
Además, acusó a los opositores de “aventureros que coordinan la violencia y buscan destruir el orden constitucional”, y denunció que cuentan con financiación desde el extranjero.
Cuarta noche de disturbios
La capital georgiana, Tiflis, vivió entre el domingo y el lunes su cuarta noche consecutiva de violentos enfrentamientos entre las fuerzas antidisturbios y los manifestantes que protestan contra la congelación de las negociaciones con la UE y exigen la celebración de nuevas elecciones parlamentarias.
Como los días anteriores, al caer la noche los opositores de congregaron en una protesta junto a la sede del Parlamento, protegida por un numeroso contingente policial.
Según el Ministerio de Interior, “grupo agresivos” atacaron a los policías con piedras, bengalas y sustancias inflamables, y los efectivos antidisturbios procedieron a disolver a manifestación con el empleo de gases lacrimógenos y cañones de agua.
Los manifestantes se resistieron a la acción de las fuerzas policiales, que detuvieron a varias personas y solo pudieron despejar las inmediaciones del Parlamento hacia las 06:00 hora local (02:00 GMT).
Según Interior, entre los detenidos esta madrugada se encuentra Zurab Dzhaparidze, dirigente de la opositora Coalición para el Cambio.
Desde el jueves pasado, 224 manifestantes han sido detenidos por desacato y vandalismo, y 113 policías han resultado heridos en altercados.