La familia del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, se ha acercado silenciosamente a Washington para empezar un diálogo con el gobierno estadounidense, según un reporte del New York Times.
De acuerdo con este prestigioso medio estadounidense, el hijo más prominente de Daniel Ortega, Laureano, se acercó a Estados Unidos de manera sigilosa poco después del inicio de la invasión rusa a Ucrania.
Según funcionarios y diplomáticos que hablaron con el Times, esto ocurrió mientras Estados Unidos endurecía sanciones contra Rusia, uno de los principales aliados y patrocinadores del régimen de Managua. Moscú ha mantenido su apoyo al gobierno nicaragüense mientras este último arrecia su autoritarismo y enfrenta el embate de sanciones internacionales.
Según el medio estadounidense, el objetivo del hijo de Ortega era simple: aliviar las sanciones contra la familia oficial en Nicaragua. A cambio, agregan, el nicaragüense ofreció liberar presos políticos. Y esta posibilidad, según un funcionario del Departamento de Estado, ha hecho a Washington prestar atención.
La administración Biden ha exigido a Managua la liberación de decenas de presos políticos, entre ellos los principales rivales de Daniel Ortega en las elecciones de 2021, así como representantes del sector privado y de organizaciones de sociedad civil críticas del poder.
En marzo, Laureano Ortega iba a sostener una reunión con un funcionario del Departamento de Estado en Managua. Sin embargo, esta no se realizó debido a una cancelación del bando sandinista, según el reportaje.
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Una familia golpeada
Los Ortega, altos funcionarios del gobierno nicaragüense y la cúpula militar de ese país han sido duramente golpeados por sanciones impuestas por Estados Unidos.
Y ahora que su patrocinador principal, Rusia, está en problemas, Washington ha interpretado este intento de acercamiento como una recomposición de las alianzas internacionales de quienes gobiernan Nicaragua con puño de hierro.
Por su parte, el régimen de Vladimir Putin cada vez muestra una mano más débil para con Latinoamérica. Su invasión a Ucrania le ha traído al Kremlin duras sanciones internacionales que reducen su margen de maniobra para comprar voluntades del otro lado del mundo.
Según el New York Times, el exembajador de Nicaragua ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Arturo McFields, ha afirmado que los fondos disponibles para pagar voluntades políticas o lidiar con el descontento social es cada vez más escaso.
“Y ahora Rusia ya no puede darles dinero y la billetera venezolana está cerrada”, añadió McFields, según el artículo del Times.