El Congreso de Estados Unidos destituyó el viernes al legislador republicano George Santos, que se distinguió por sus repetidas mentiras, y lo acusó de delitos financieros.
Se necesitaba una mayoría especial de dos tercios de los 435 legisladores para votar la expulsión. Santos fue expulsado con 311 votos a favor y 114 en contra, con gran parte de sus colegas republicanos uniéndose a los demócratas para lograr los dos tercios necesarios que forzaron su salida del Congreso.
Hace dos semanas, un informe de legisladores republicanos y demócratas miembros del Comité de Ética de la Cámara encontró "evidencia abrumadora" de mala conducta por parte de Santos y alegó que había "tratado de explotar fraudulentamente todos los aspectos de su candidatura a la Cámara para su propio beneficio financiero personal".
El congresista de origen brasileño, se declaró recientemente no culpable de acusaciones federales como haber defraudado a sus donantes de campaña, así como de lavado de dinero y fraude electrónico.
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Se lo acusa de utilizar dinero de donaciones en cirugías con técnica Botox y como usuario del sitio web Onlyfans, fraude con tarjetas de crédito y robo de identidad, así como de cobrar prestaciones por desempleo a las que no tenía derecho durante la pandemia de coronavirus, antes de su elección.
El legislador llegó al Congreso en 2022, ayudando a los republicanos a conseguir una mayoría mínima en la Cámara.
Sin embargo, poco tiempo después salió a luz que había mentido sobre casi todo lo que aparecía en su aparentemente deslumbrante currículum.
Mintió además cuando explicó que sus abuelos habían huido del Holocausto, cuando aseguró que su madre había sobrevivido a los ataques a las Torres Gemelas de Nueva York o cuando dijo ser judío.
La de Santos es la sexta expulsión de un legislador en los 230 años de historia del Congreso estadounidense, por lo que se trata de una medida excepcional que en el caso de Santos no tiene precedentes.
Las tres primeras expulsiones, en 1861, fueron a secesionistas de la Confederación, mientras que las otras dos, en 1981 y 2002, a congresistas condenados por delitos de corrupción.
Con información de AFP y EFE