¿Qué tipo de solución negociada sería aceptable luego del triunfo opositor y el intento de fraude de Maduro?
El régimen comienza a caer en cuenta que los brasileños, los colombianos, los chilenos y los mexicanos también juegan. Ante la enormidad del fraude que Maduro pretendía perpetrar, ahora cosecha el repudio y la indignación de quienes alguna consideración aun le guardaban. Con cada día que pasa crece la evidencia de la paliza electoral que Edmundo González Urrutia le propinó a Maduro. 67 a 30. “Si pierdes, te tienes que ir”, ya le había anunciado Lula antes del 28 de julio.
¿Esto será suficiente para obligar a Maduro a negociar la transición?
Aparentemente, Maduro estaba convencido de que había un margen pequeño que permitía abrigar alguna esperanza de victoria o de que Edmundo ganara con un margen estrecho, que con una “ingeniería” se podría arreglar. El resultado ha sido demasiado desigual y el intento de fraude demasiado evidente. El Consejo Electoral se negó a publicar las actas y proclamó a Maduro ganador. Ahora, el régimen pretende arreglar el problema con una sentencia del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), que es enteramente controlado por el régimen. Pero una sentencia del TSJ no repara la ausencia de actas ni el no cumplimiento de las auditorías que debería llevar a cabo el CNE.
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Su salida negociada, en términos parecidos a los que ha planteado Lula pero sin repetir la elección, que ya es definitiva. Es la única opción que le queda a Maduro.
¿Qué tan realista es pensar que Maduro y Cía. acepten una solución que implica que abandonen el poder?
¿Es que tienen una alternativa? No es realista fabricar un fraude tan burdo, este ya fracasó porque no se lo cree nadie. Intentarlo de nuevo con el TSJ sería un insulto a la inteligencia del mundo entero. Tampoco puede hablarse de golpe de estado cuando ya se es una dictadura, ¿no?
Tampoco es realista mantener o incluso profundizar la represión actual. Con su desconocimiento del verdadero resultado el régimen ha transformado a los más de 7 millones de electores que votaron por Edmundo en un gentío profundamente disgustado, muy cercano a entrar en cólera. Es echarle leña al fuego. Por lo tanto, es tiempo para Maduro de acordar su salida ahora, aprovechando las garantías bastante generosas que se le han ofrecido. Más vale pájaro en mano que mil volando.
¿O es que sueñan con un final épico?
No lo habrá, no después de que este régimen ha desconocido todos los acuerdos firmados; cuando su credibilidad y legitimidad están por debajo de cero después de este intento de fraude maquinado luego de que los países democráticos de la región han estado promoviendo de buena fe una salida concertada. Obviamente se sienten ofendidos al ser tomados por tontos y están perdiendo la paciencia.
El régimen ha tensado la cuerda de una manera brutal e intolerable. Es claramente una huida hacia adelante, una suerte de topo a todo, fenómeno frecuente en estas agonías de dictaduras. Puede aún durar horas, días, o semanas, pero suelen preceder la caída final. “Tic tac, tic tac”, decía el presidente Chávez.
¿Cuáles serían las garantías y compromisos que habría que ofrecer a Maduro, el alto mando y a los cubanos?
Eso lo maneja actualmente y de manera confidencial el trío (Colombia, Brasil y México), como debe ser. Pero deben existir. De esto se trata la negociación.
¿La iniciativa mediadora de Lula, AMLO y Petro es de buena fe? ¿Ves posibilidades de que logren un acuerdo?
Totalmente, y el agradecimiento de los venezolanos es sincero. El régimen es hoy un factor de inestabilidad creciente en todo el hemisferio y el interés de una solución pacífica y duradera de nuestra tragedia es compartido por todos los gobiernos democráticos del continente, y más allá.
¿Habrá posibilidad de llevar el problema Venezuela al Consejo de Seguridad de la ONU?
Siempre existe esa posibilidad. La paz y la seguridad son su mandato. La ONU sabe de transiciones de regreso a la democracia, se ha vuelto una de sus especialidades. No sería para nada descabellado que una resolución facilitando una transición pacífica fuese aprobada por el Consejo, vale decir, sin veto, cosa que mejoraría su calidad y aceleraría la reconciliación.
¿Qué grado de madurez, unidad y capacidad estratégica ha alcanzado el liderazgo de María Corina Machado y Edmundo González?
Total, muy completa. María Corina Machado y Edmundo González Urrutia proyectan un mismo compromiso muy sólido por el restablecimiento de la democracia y del bienestar, en paz. El voto masivo a favor de Edmundo, como lo llama con afecto la gente, recuerda la conexión que Vaclav Havel tenía con el pueblo de Checoslovaquia, con la diferencia de que el gobierno comunista de ese país sí reconoció entonces que su propia ilegitimidad ya no le permitía seguir en el poder.