El empresario venezolano y analista político, Pedro Mario Burelli, hizo un análisis con la cadena española RTVE sobre la situación crítica en Venezuela y calificó al gobierno de Nicolás Maduro como un “narcoestado”, tras la reciente juramentación del chavista para seguir en el poder otro sexenio.
Hemos visto a Nicolás Maduro la investidura, jurar su cargo en Venezuela y la gran pregunta es ¿y ahora qué?
Bueno, yo creo que entramos en una nueva fase de un país que no ha dejado de entrar, en 25 años cada tanto en fases peores, es decir, el deterioro de Venezuela ha sido completamente lineal, continuo y tiene todas las repercusiones de las que podemos discutir. Pero este paso es el más grave, porque este es el paso que consolida una dictadura y no una dictadura política, una dictadura criminal, que es mucho más grave y es un fenómeno distinto de manejar.
O sea, uno puede poner presión política sobre un mal político, sobre un político terco, pero lo que es difícil es cómo se maneja lo que es una situación real de que un grupo pequeño de civiles y militares metidos profundamente en la actividad criminales han decidido secuestrar un país, hay utilizado el poder y las armas del Estado para secuestrar un país. Ese país, obviamente, todavía queda mucha gente en el país, pero de ese secuestro se han ido ocho y medio millones de personas, creando el éxodo más grande que estamos viviendo sin guerra.
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Se están anunciando sanciones contra el régimen de Maduro por parte, por ejemplo, de la Unión Europea; pero también de Estados Unidos. En unos días tomará posesión Donald Trump y volverá a la Casa Blanca, ¿cree que va a cambiar algo?
Yo creo que hay dos cosas que son importantes, la administración Biden hizo un intento de cambiar la política diciendo que la presión máxima que había aplicado el presidente Trump no había funcionado y conversaron directamente con Maduro y su gente en una negociación que terminó peor todavía.
Es decir, ellos criticaban la acción dura de Trump y resulta que su modelo más suave, empujado por Europa, empujado por Noruega, termina en esto que estamos viviendo hoy en día.
Donald Trump viene llegando el 20 ( de enero), nosotros nos encontramos con esta crisis de la toma de posesión entre dos administraciones, a caballo entre las dos. Y la administración (Joe) Biden no le tocó más remedio que terminar endureciendo lo que habían aflojado. Si las sanciones, y sobre todo una muy importante que yo creo que para discutir el caso de Venezuela y valida lo que estaba diciendo yo al principio, son las recompensas sobre Maduro, Diosdado Cabello y Vladimir Padrino López, el ministro de la Defensa, o sea, las recompensas pasan de 15 millones de dólares a 25 millones de dólares.
Casi el doble
Casi el doble y es el nivel más alto de recompensa jamás puesto por algo. Bin Laden tuvo este nivel, el “Chapo” Guzmán, el narcotraficante más importante del cartel de Sinaloa, llegó a tener cinco millones de recompensa cuando se escapó y lo recuperaron. Maduro tiene 25 millones y yo creo que eso es muy importante que la gente entienda: no estamos lidiando con malos políticos, no estamos ni siquiera lidiando con políticos corruptos, estamos lidiando con una banda de gente que está dedicada al negocio del narcotráfico, que ha montado en Venezuela una infraestructura de producción de cocaína que produce cocaína industrial, en plantas modernas.
Y si le pregunta a la Policía Nacional en este país, el CNI, o cualquier policía europea, el mundo está lleno de cocaína saliendo de esa infraestructura que la ha montado el Estado venezolano. Eso es lo que es un narcoestado.
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Y contrario a eso es que salió la gente a votar. Valientemente y pacíficamente los venezolanos salieron a enfrentar a un narcoestado con los votos y lo derrotaron; pero claro, una cosa es derrotarlo y otra cosa es sacarlo del poder. Y lo difícil ahora es cómo se saca del poder a un grupo de criminales enquistados que saben los crímenes que han cometido y tienen mucho miedo de pagar las consecuencias de esos crímenes.
Por tanto, la lógica de ellos es que si tienen que cometer más crímenes para quedarse en el poder, eso vale, porque el miedo es perder el poder.
La clave está aquí el apoyo del Ejército, ¿no? Hemos escuchado a María Corina Machado, a Edmundo González Urrutia lanzar ese mensaje a los militares ante un gobierno de Maduro que parece cada vez más débil y más aislado.
El problema es que los militares, la gente tiene una idea que los militares, normalmente son en cualquier lugar, en este país, hasta en las dictaduras del sur de América Latina esa estructura monolítica, donde una persona mandaba y todos cumplían. La Fuerza Armada venezolana está fracturada en muchos pedazos y eso hace que sea inoperativa como institución, es decir, la Fuerza Armada es parte del problema. Pero esa parálisis no es apoyo a Maduro, es parálisis por diseño, es parálisis por fragmentación de una estructura.
Cuando se hizo un análisis de los votos en las guarniciones o cerca donde están los militares, el voto es idéntico al voto del resto de la población. Es decir, que la familia militar, los militares rechazan y repudian a Maduro igual que el resto de la sociedad.
El problema es cómo coordinas eso, cómo un alto mando enquistado y metido en el negocio como el ministro de Defensa le acaban de poner una recompensa de 15 millones de dólares sobre su cabeza y varios de los jerarcas militares están metidos en minería ilegal y también en tráfico de drogas y en abusos masivos de derechos humanos y crímenes de lesa humanidad, ese enquistamiento de ese liderazgo es lo que impide que se mueva.
Ahora, debajo es una institución que está en ebullición como está la sociedad. Y eso nos da cierta garantía que esto tiene fecha de caducidad, ¿cuándo? No sé, pero este es un modelo que no tiene viabilidad.
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Llevamos días escuchando a Edmundo González asegurar que iba a estar ayer (viernes) en Caracas, que iba a estar en la ceremonia de toma de posesión para ser él quien asumiera el cargo de presidente, finalmente la oposición ha decidido que no era el momento, ¿qué le parece esa decisión?, ¿por qué finalmente Edmundo González no ha estado?
Yo creo que una cosa que la gente tiene que darse cuenta de lo que ocurrió en Venezuela y el rol de Edmundo González es el trabajo increíble de un hombre que nunca buscó nada. Un día lo oí decir que él ni siquiera se presentó para ser presidente de su clase en bachillerato ni en la universidad. Una persona con una carrera inmaculada como diplomático, un hombre intachable decide jugar un papel crítico, que es convertirse en el compañero de fórmula de la persona por el que el país quería votar masivamente y lo logra. Es decir, se transfiere la popularidad de María Corina a él.
Lo que hizo fue correcto, empezó a moverse hacia Venezuela, pasando por Argentina, Uruguay, subió a los Estados Unidos, Panamá, en un paso de tratar de llegar. Pero esto no es una operación suicida. Nosotros necesitamos a Edmundo González Urrutia vivo, no preso.
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De hecho, la salida de González Urrutia, que fue una forma muy rara como salió de Venezuela muy forzado, a la larga tuvo su beneficio, porque tenemos a alguien afuera que ha hecho lo que ha hecho Edmundo González. Era importantísimo. Y adentro tenemos a la líder de verdad, a la líder operativa, que con este binomio es la combinación perfecta. Yo creo que muy pocas veces en la historia ha ocurrido donde una persona puede transferir toda su popularidad hacia otra persona sin que haya ninguna pérdida de eso, simplemente porque se complementaron perfectamente bien.
Maria Corina dicen que fue arrestada durante una hora, luego que fue liberada por orden directa de Maduro, ¿qué sabemos?
El régimen lleva años equivocándose con María Corina Machado, años, desde Chávez hasta este. María Corina Machado es una persona bastante inusual, ella es ingeniera, es mujer, es madre, está comprometida totalmente con liberar a Venezuela. Cuando se mete en la política la gente piensa no tiene aptitud política. Sí tiene aptitud política, porque la empatía de ella con el pueblo, esa conexión que ella tuvo, ese contacto no lo tiene más nadie. Y el régimen fue siempre equivocándose. Y cuando ella gana las primarias, primarias que el régimen pensó que nadie iba a ir, y las gana con 93 % de los votos no sabían qué hacer con ella y no saben qué hacer con ella tampoco. Porque hay como una raya roja, porque ellos saben que si cruzan esa raya y le hacen daño.
Lo que ellos, creo, que quisieron hacer era demostrarle que podían hacerlo, pero ellos saben que si la arrestan el costo para ellos es mucho más grande. Pero esto pudo ser más grave, la persona que estaba manejando la moto terminó herido de bala y hoy está desaparecido. Ella está bastante golpeada, muy golpeada. El régimen está a punto de cruzar una raya que es tocar a una persona que no es ni siquiera ya un líder político, es algo emocional.
¿Qué es diferente esta vez? Porque hemos visto varios intentos de derrotar al régimen chavista en los últimos años. Ahora, ¿cuál es la diferencia, que la oposición está unida?
Yo creo que el pueblo está unido. Yo creo que lo importante es que tenemos la evidencia de que el pueblo está decidido y si nosotros sumamos esos siete y tantos millones de votos que sacó, que son 40 % más de lo que sacó Maduro, y sumamos la gente que votó por Maduro por miedo y los que no pudieron votar por todo tipo de arreglos, tanto dentro como fuera de Venezuela, esto fue una paliza gigantesca. Entonces, yo creo que ese es el problema.
Maduro se está montando en una situación que creo es muy interesante: Maduro hoy tiene menos apoyos domésticos, menos apoyos militares y menos apoyos internacionales de lo que tuvo el día antes de las elecciones o el día después de las elecciones. Para él estos seis meses después de las elecciones ha sido un proceso de irse deslegitimando más y más. Lo que vimos ayer (viernes) fue una juramentación en un cuarto cerrado, no hubo gente en la calle. Literalmente, un claustro de mafiosos entronando al capo.
Y tuvimos la oportunidad que lo filmaran, pero esto no tiene nada que ver con nada anterior. Inclusive en 2019 cuando también se juramentó ilegítimamente y dio pie a la fórmula constitucional del gobierno interino, lo hizo en auditorio, en la Asamblea Nacional, con todos los diputados, con calle; hoy no tiene nada. Creo que estamos llegando a un nivel de que algo es inviable. Maduro solamente está por la capacidad y voluntad de reprimir, es decir, este es un gobierno de terror y eso no es viable, eso no tiene ningún grado de viabilidad.
Creo que la otra diferencia es lo que Europa hizo equivocadamente, lo que el señor (Josep) Borrell hizo desde Europa para tratar de anular la presión que estaba poniéndose desde Estados Unidos, se abrió ese foco y grupo de contactos y negociaciones en Noruega, que sentaron a los secuestrados a ver si se liberaban hablando con los secuestradores, cosa que nunca ocurre. Eso fue lo que le dio oxígeno a Maduro. Esas fórmulas ya no van a existir, Maduro se va a encontrar con una pared de concreto por donde mire, interna y externamente.
Da la sensación que Maduro intentó frenar esas manifestaciones que veíamos en la calle esta semana, no lo ha conseguido, ¿la única manera de cambiar el régimen puede ser con el pueblo o con alguien desde dentro que le delate por esas recompensas?
Yo creo que sí, les aseguro que Maduro duerme mucho peor que nosotros. Maduro está permanentemente pensando quién de su entorno lo va a traicionar. Y no son mucha gente, yo creo que una de las garantías que uno tiene es que las gentes que están dispuestas a reprimir cada vez son menos.
Viene el caso que está andando rápidamente en la Corte Penal Internacional, vamos a encontrar que este señor que se juramentó hoy en días pudiera tener una orden de arresto en la Corte Penal Internacional.