El expresidente estadounidense Donald Trump (2017-2021) aseguró que los migrantes y refugiados que llegan irregularmente a EE.UU. son “asesinos” y “violadores”.
Trump, quien ha pasado los dos últimos meses desaparecido en su mansión de Mar-a-Lago, relanzó con dos mítines su campaña electoral para competir en las primarias republicanas y optar a la Casa Blanca en 2024.
Uno de los temas centrales, sin embargo, fue la inmigración: volvió a hacer propuestas para reforzar la frontera y, de manera similar a cuando lanzó su campaña en 2016,
En los dos mítines se burló del gobierno del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, y aseguró que cuando era presidente de EE.UU. presionó a México para que aceptara el polémico programa “Quédate en México”, que obligaba a migrantes y refugiados a permanecer en ese país mientras se resolvían sus peticiones de asilo. Además, presumió de las presiones a las que supuestamente sometió a los presidentes de El Salvador, Guatemala y Nicaragua para que impidieran que sus ciudadanos migraran a EE.UU.
Trump dio dos mítines: uno en Nuevo Hampshire y otro en Carolina del Sur, dos de los primeros estados en votar en el proceso de primarias, y en los que intentó restar importancia a las voces que piden una renovación generacional dentro del partido o aseguran que los votantes ya están cansados de su figura. “¡Ahora estoy más enfadado y más comprometido con esto que nunca antes!”, clamó Trump en Nuevo Hampshire, arrancando automáticamente un aplauso de la multitud.
El expresidente salió al escenario con la intención de dejar claro que está comprometido con su campaña para la Presidencia, sobre todo después de que varios medios de comunicación, como The New York Magazine, cuestionarán su motivación para alcanzar la Casa Blanca.
Específicamente, The New York Magazine publicó en diciembre un reportaje titulado “La campaña final”, en el que varios asesores y exasesores de Trump aseguraban que el tiempo había pasado factura al expresidente y que la “magia se había ido”.
Esta vez, el expresidente dio discursos más breves y no compareció ante grandes multitudes, sino ante un público reducido.
Aunque el escenario era diferente, el tono de su discurso fue el mismo y, como en otras ocasiones, empezó frases de las que perdía el hilo para enlazar enseguida con otro tema distinto.
Trump también tuvo tiempo de arremeter contra China y Alemania, aunque los mayores aplausos se los llevó cuando entró en los temas culturales que dividen a Estados Unidos. Afirmó, por ejemplo, que si vuelve a la Casa Blanca no permitirá a las personas transgénero competir en aquellos deportes que no correspondan con su sexo biológico.