Estados Unidos incluyó este viernes a Cuba y a Nicaragua en su lista negra de países que violan sistemáticamente la libertad religiosa, lo que conlleva posibles sanciones contra estas naciones.
En el listado de Países de Especial Preocupación, elaborado de forma anual por el Departamento de Estado, repiten este año China, Arabia Saudí, Corea del Norte, Rusia, Irán, Pakistán, Birmania, Eritrea, Tayikistán y Turkmenistán.
La inclusión de Cuba y Nicaragua supone un paso más en el deterioro de las relaciones del Gobierno de Joe Biden con el de Miguel Díaz-Canel de La Habana y el de Daniel Ortega de Managua.
En un segundo nivel de preocupación, Estados Unidos situó a Argelia, la República Centroafricana, Comoros y Vietnam.
La lista de organizaciones que violan la libertad religiosa la forman, entre otros, los grupos terroristas Al Shabab, Boko Haram y el Estado Islámico (EI), así como los talibanes, los hutíes del Yemen y los paramilitares rusos del Grupo Wagner.
La ley de Libertad Religiosa Internacional de 1998 obliga al Gobierno estadounidense a elaborar anualmente la lista de países del mundo que cometen "violaciones graves a la libertad religiosa", como torturas, detenciones y desapariciones forzadas de personas por sus creencias.
Los países incluidos en el listado están sujetos a posibles sanciones como la cancelación de intercambios científicos y culturales, la suspensión de la asistencia para el desarrollo, el bloqueo de préstamos o restricciones de exportaciones.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, prometió en un comunicado que su país "no se quedará de brazos cruzados" ante las persecuciones religiosas.
Criticó que la represión contra las personas por sus creencias "siembra la división y socava la estabilidad política, económica y la paz".
"Continuaremos dando un seguimiento cuidadoso a la libertad religiosa en todo el mundo, defendiendo a quienes sufran persecuciones y discriminación", dijo el titular estadounidense de Exteriores.
"Hay miedo en la Iglesia católica de Nicaragua", denuncia líder de exilio
El periodista Carlos Fernando Chamorro, una de las principales voces del exilio nicaragüense, consideró hoy que "hay miedo" entre los sacerdotes católicos del país ante el "creciente aumento" de la represión del régimen de Daniel Ortega.
"Los Ortega no están en contra de la religión, están en contra de la libertad. La Iglesia Católica se solidariza con las víctimas (de la represión), ellos quieren una Iglesia muda, alineada al poder", denunció Chamorro.
El periodista, hermano de la excandidata presidencial también encarcelada Cristiana Chamorro, participó en París en un acto de apoyo a los prisioneros políticos en Nicaragua, dos días más tarde de que la Sorbona concediese el doctorado Honoris Causa a la histórica exguerrillera Dora María Téllez, encarcelada en su país desde junio de 2021.
Según los últimos datos disponibles, hay cerca de una decena de sacerdotes nicaragüenses en prisión, incluyendo al obispo de la Diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la Diócesis de Estelí, ambas en el norte de Nicaragua, Rolando Álvarez, acusado de rebelde.
"Hablo con muchos sacerdotes y hay miedo entre ellos. Si ellos hablan, perjudican a sus obispos", agregó Chamorro, premio de Periodismo Ortega y Gasset en 2021.
Para el activista opositor, esta creciente represión contra la Iglesia católica demuestra que el régimen de Ortega ataca también "la libertad de religión" dentro de su método de "crueldad y venganza".
El exiliado aseguró que Nicaragua se basa en "un mesianismo" encarnado por Ortega y en una "represión preventiva" que se asemeja a las de los regímenes de "Cuba, Venezuela y Rusia".
"Necesitamos una mayor presión internacional, que logre el aislamiento total de esa dictadura", abogó el periodista, quien, no obstante, recalcó que los Ortega caerán si hay también una movilización interior, de momento anestesiada por "el miedo" que reina en el país.
Chamorro apeló especialmente a los gobiernos de la izquierda democrática de Latinoamérica para presionar a Ortega y a su esposa y vicepresidenta Rosario Murillo.
"Hay esperanza, pero la agonía se puede prolongar por un largo plazo", alertó el reportero, que aseguró que actualmente el régimen controla el Ejército, la policía y los paramilitares.
El opositor pidió más atención internacional a lo que sucede en Nicaragua y apostó por aglutinar los sectores mayoritarios que están descontentos con el régimen pero que no se atreven a manifestarse.
El acto de hoy, apoyado por el Ayuntamiento de París, terminó con un concierto del joven cantautor nicaragüense Jandir Rodríguez.
Nicaragua atraviesa una crisis política y social desde abril de 2018, que se ha acentuado tras las controvertidas elecciones generales del 7 de noviembre de 2021, en las que Ortega fue reelegido para un quinto mandato, cuarto consecutivo y segundo junto con su esposa, Rosario Murillo, como vicepresidenta, con sus principales contendientes en prisión.
Ortega, de 77 años, lleva 15 años y 10 meses consecutivos en el poder, en medio de denuncias de autoritarismo y fraude electoral.
Esta misma semana, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH) declaró este martes a Nicaragua en "desacato permanente" a las numerosas órdenes de liberar a opositores encarcelados.
Mientras, el Comité contra la Tortura y el Subcomité para la Prevención contra la Tortura de la ONU urgieron hoy al régimen de Ortega a cumplir los tratados de derechos humanos que ha suscrito.
Este miércoles la Agencia EFE denunció que las autoridades del país prohibieron la entrada a su delegado en Managua, el nicaragüense Luis Felipe Palacios, cuando se disponía a regresar a la nación centroamericana después de un viaje de trabajo en Panamá. EFE