La captura del obispo nicaragüense Rolando José Álvarez es una decisión “absolutamente arbitraria” en la que hay odio y venganza de parte del dictador Daniel Ortega Saavedra y su esposa, Rosario Murillo, aseguran voces críticas al régimen orteguista, quienes consideran que esta acción evidencia la consolidación de la dictadura en Nicaragua.
El pasado viernes, el líder religioso fue condenado a 26 años y 4 meses de prisión, despojado de su nacionalidad y suspendido de sus derechos ciudadanos de por vida.
La condena contra el alto jerarca fue dictada un día después de que rechazó subirse al avión que lo llevaría, junto con otros 222 excarcelados políticos nicaragüenses, hacia Estados Unidos, lo que provocó la furia de Daniel Ortega, pues lo calificó de “soberbio”, “desquiciado” y “energúmeno”.
De esta manera, Álvarez se convierte en el primer obispo arrestado y acusado desde que Ortega regresó al poder en 2007.
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El obispo fue traslado a la cárcel
Posteriormente, Ortega anunció en cadena nacional que el obispo había sido trasladado de su residencia, donde guardaba prisión domiciliar desde agosto pasado, hacia la “Modelo”, una prisión de máxima seguridad.
Pese a que el juicio estaba programado para el próximo 15 de febrero, este jueves una jueza alineada al régimen declaró al religioso “traidor a la patria” y autor de cuatro delitos en perjuicio de la sociedad y el Estado de Nicaragua.
Dentro de la Iglesia Católica de Nicaragua, Monseñor Álvarez ha sido la voz más crítica de la dictadura Ortega-Murillo por lo que ha sufrido acoso, persecución policial y ataques dirigidos en su contra desde el Estado.
Condenas contra Ortega
Si bien el Papa Francisco no se ha pronunciado por el momento, esta detención ya ha ocasionado una serie de reacciones y rechazo en otras voces tanto dentro como fuera del país centroamericano.
Por ejemplo, el obispo auxiliar de Managua y exiliado en EE.UU., Silvio Báez, señaló en su perfil de Twitter que es “irracional y desenfrenado el odio de la dictadura de Nicaragua contra Mons. Rolando Álvarez”.
“Se ensañan vengativos contra él. No han resistido su altura moral y su coherencia profética. Rolando será libre, Dios no lo abandonará. Ellos se hunden cada día en su miedo y su maldad”, agregó Báez.
Arturo McFields Yescas, exembajador de Nicaragua ante la Organización de Estados Americanos (OEA), calificó como una “venganza cobarde” de la dictadura de Ortega la condena de prisión a monseñor Rolando Álvarez, por negarse a ser desterrado de Nicaragua. “Ortega enemigo jurado y perseguidor de la iglesia”, apuntó el diplomático.
Organismos humanitarios nicaragüenses también rechazaron la condena y exigieron su liberación y la restitución de sus derechos.
Por su parte, el analista Óscar René Vargas, uno de los prisioneros nicaragüenses que fue expulsado el 9 de febrero pasado dijo al periódico español El País que el dictador sabe que hay un proceso de implosión crítico y quiere erradicar “cualquier liderazgo”.
La persecución contra Álvarez, añadió, es un intento de Ortega por demostrar fuerza a su base política.
“Álvarez es un líder nato y por eso es peligroso, porque no se calla, es valiente. Ortega lo que quiere es imponer una iglesia oficial”, agregó otro preso político, que pidió no decir su nombre por temor a represalias a su familia en Nicaragua.
Por su parte, la abogada Vilma Núñez, presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), dijo que el juez “agregó arbitrariamente y a última hora” nuevos delitos que no estaban incluidos en la sentencia inicial.
Esto, porque la sentencia original mencionaba los delitos de “conspiración” y “propagación de noticias falsas”, y le sumaron luego los cargos de “obstrucción de funciones agravadas” y “desacato a la autoridad”, entre otras acusaciones impulsadas por parte de la pareja presidencial nicaragüense.
Obispos de la Unión Europea piden su liberación
El pasado 8 de febrero, el presidente de la Comisión de las Conferencias Episcopales de Europa (COMECE), el cardenal Jean-Claude Cardenal Hollerich, expresó su preocupación por la situación de la Iglesia en Nicaragua y “la persecución de nuestros hermanos”, particularmente, Monseñor Álvarez”.
“Nos unimos a la voz que clama por la injusticia y exigimos su inmediata liberación”, pidieron los obispos de la Unión Europea.
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Reacciones en El Salvador
El sacerdote jesuita, José María Tojeira, expresó apoyo a Álvarez y cuestionó: “¿Traidor a la patria por criticar violaciones a derechos humanos de la dictadura Ortega Murillo?. Solo un sistema judicial corrupto puede decir eso. Perseguir a las personas libres siempre es propio de las dictaduras. Monseñor Álvarez, libertad heroica”, sostuvo.
Para Rubén Zamora, exdiplomático y analista político salvadoreño esta condena podría implicar el martirio del líder religioso.
“Nicaragua va a tener su primer Monseñor Romero, así como al ahora santo nos los mataron por defender al pueblo salvadoreño y denunciar la violación de los derechos humanos”, lamentó.
En 2022, el gobierno de Nicaragua también expulsó del país al Nuncio Apostólico y a 18 religiosas de la Orden de las Misioneras de la Caridad, fundada por la Madre Teresa de Calcuta.
Cinco fechas clave
19 de mayo 2022
El obispo Rolando Álvarez denunció persecución y se refugió en una parroquia de Managua.
23 de mayo 2022
El líder religioso regresó a su sede episcopal en la Diócesis de Matagalpa al oeste del país.
4 de agosto 2022
Oficiales impidieron que el obispo se movilizara a la catedral de San Pedro, en Matagalpa.
5 de agosto 2022
La policía del orteguismo acusó al obispo Álvarez de desestabilización y le impuso casa por cárcel.
Ortega busca tener en prisión a Álvarez hasta abril de 2049
El obispo de la Diócesis de Matagalpa y Administrador Apostólico de la Diócesis de Estelí, monseñor Rolando José Álvarez, fue condenado a 26 años y cuatro meses de prisión en Nicaragua . Es decir, que con esta condena la dictadura lo quiere en prisión hasta el 13 de abril del 2049.
Esto, luego de que el régimen de Daniel Ortega lo acusará por los delitos de conspiración, propagación de noticias falsas, obstrucción de funciones agravadas y desacato a las autoridades.
Álvarez estuvo detenido por las autoridades desde el pasado 19 de agosto de 2022 en arresto domiciliario, y desde este 9 de febrero se encuentra en la cárcel La Modelo de Tipitapa, luego de negarse a abordar el avión junto a otros presos políticos que fueron desterrados hacia los Estados Unidos.
“De rodillas, solo ante Dios”
Antes de su detención, el religioso pasó 15 días confinado junto a otros religiosos y laicos de la curia arzobispal de Matagalpa. En ese contexto, elementos policiales obedientes al dictador lo mantenían sitiado, pero Alvarez los enfrentó con valentía. De hecho, fue en esa ocasión que el prelado reafirmó que “miedo y de rodillas solo ante Dios”.
En mayo del 2018, monseñor Álvarez había formado parte de la comisión de diálogo de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, que buscaba mediar entre el gobierno y los opositores a las políticas ejercidas en la Nación. “Desde entonces ha sido considerado un crítico del régimen, una de las voces que mas le incomoda”, dice una publicación del diario nicaragüense LA PRENSA. Además, detalla que Álvarez urgía la independencia de los poderes del Estado.
Peticiones del obispo al dictador
Álvarez rogaba por una reforma electoral y elecciones justas, libres y transparentes.
“Estar del lado del bien, es estar del lado correcto de la historia”, fue uno de los últimos tuits que Álvarez escribió en su cuenta antes de ser detenido, recordó La Prensa.