Un comité de expertos de Estados Unidos se pronunció este miércoles a favor de administrar las vacunas de los laboratorios Pfizer y Moderna contra el covid-19 a niños de entre seis meses y cuatro años, un primer paso para su autorización.
Durante debates retransmitidos en vivo por internet, los miembros de este panel consultivo revisaron los datos de los ensayos clínicos disponibles, que Pfizer llevó a cabo en niños de seis meses a 4 años y Moderna en menores de de seis meses a 5 años.
Como ocurre en muchos países, es el último grupo etario que aún no tiene acceso a esta inmunización.
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En dos votaciones, los 21 expertos consideraron unánimemente que los beneficios de vacunar a esta franja supera los riesgos.
Partiendo de estos dictámenes favorables, la agencia estadounidense de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés), cuyas decisiones son una referencia a nivel internacional, podría dar su autorización oficial proximamente.
Después de ello, se enviarían inmediatamente unas 10 millones de dosis a las distintas regiones del país, a las que seguirían millones más en las semanas siguientes, informó el gobierno estadounidense.
La vacunación podría comenzar la semana del 20 de junio, una vez que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) dieran su visto bueno. Los expertos de los CDC se reunirán el viernes y el sábado.
Dosis adaptadas
La dosis se ha adaptado: una cuarta parte de la suministrada a los adultos para la vacuna de Moderna (25 microgramos en vez de 100) y una décima para el caso de Pfizer (3 microgramos contra 30).
La principal diferencia entre los dos productos es el número de inyecciones necesarias para la inmunización: la vacuna de Moderna seguirá administrándose en dos dosis, con un mes de intervalo. Una representante de la compañía matizó, sin embargo, que se harán estudios sobre una tercera como refuerzo.
En el caso de la vacuna elaborada por la alianza Pfizer-BioNTech será en tres aplicaciones: las dos primeras con tres semanas de intervalo y la tercera ocho semanas después de la segunda.
Varios expertos resaltaron que los niños no estarían bien protegidos con dos dosis de Pfizer y tendrán que esperar a las tres -por lo tanto meses- antes de ello.
Ambas vacunas son seguras y eficaces, según la FDA, que publicó su propio análisis de los ensayos clínicos la semana pasada para proporcionar una base de debate a los expertos.
Según una estimación preliminar, la vacuna de Pfizer-BioNTech tiene una eficacia del 80% contra las formas sintomáticas de la enfermedad. Pero esta cifra se basa en un muy reducido número de casos positivos, matizó la FDA.
Se ha demostrado que el inmunizante de Moderna tiene una eficacia del 51% en bebés de seis meses a menos de 2 años y del 37% en niños de dos a cinco años.
Estas cifras son coherentes con la eficacia observada en adultos frente a la variante ómicron, según la agencia estadounidense. Sin embargo, la vacuna continúa protegiéndolos bien contra los casos graves de covid-19.
Impaciencia o escepticismo
Respecto a los efectos secundarios, una cuarta parte de los niños que recibieron la dosis de Moderna tuvieron fiebre, sobre todo después de la segunda dosis. Pero pasaba al cabo de un día.
En el caso de la Pfizer, la fiebre observada era similar entre quienes fueron vacunados y quienes recibieron un placebo.
Algunos padres esperan con ansias la posibilidad de vacunar a sus hijos pequeños, pero otros todavía son escépticos.
Según una encuesta de la fundación Kaiser Family, de principios de mayo, solo uno de cada cinco padres de un niño menor de cinco años (18%) desea vacunarlo cuanto antes.
Si bien los más pequeños son menos vulnerables al covid-19 y el riesgo para ellos es bajo, unos 480 niños menores de 4 años han muerto en Estados Unidos.
Las tasas de hospitalización también aumentaron considerablemente para este grupo de edad durante la ola por la variante ómicron. En total hubo 45.000 niños menores de cinco años hospitalizados en Estados Unidos desde el comienzo de la pandemia, de los cuales una cuarta parte estuvo en cuidados intensivos.
Al igual que los adultos, los niños infectados con covid-19 pueden sufrir síntomas a largo plazo (covid largo). En casos raros, también pueden desarrollar ocurrencias graves de síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico.