El acuerdo de reformas migratorias "más duro" en décadas en Estados Unidos restringe el flujo de migrantes en la frontera con México, pero para aplicarse necesita la luz verde del Congreso. Estas son las claves de este pacto negociado por la administración del presidente demócrata Joe Biden con un grupo bipartidista de senadores.
Recibirá 20,000 millones de dólares si pasa la criba del Senado y de la Cámara de Representantes, cuyo presidente, el republicano Mike Johnson, lo da por "muerto".
Restricción de cruces
Con este proyecto de ley se establece una "Autoridad de Emergencia Fronteriza", que permite al presidente y al secretario de Seguridad Nacional prohibir temporalmente que las personas soliciten asilo, con excepciones limitadas, cuando la frontera con México esté colapsada.
Pueden restringir los cruces fronterizos si la media diaria de migrantes alcanza los 4,000 en una semana, pero estarán obligadas a prohibirlos si sobrepasan un promedio de 5,000 al día, en un periodo de siete consecutivos, u 8,500 en una sola jornada.
Sólo se podrá usar 270 días durante el primer año, 225 días el segundo y 180 el tercero. Después de tres años dejará de existir.
Biden afirma que le permite cerrar la frontera cuando esté "colapsada", pero Greg Chen, directivo de la Asociación de Abogados de Inmigración Americana (AILA) lo niega. "Los puertos de entrada permanecerán abiertos" y podrán acceder las personas con pasaportes y visas estadounidenses y al menos 1,400 solicitantes de asilo por día, afirmó este lunes durante un debate.
Pero la medida no está exenta de riesgos.
A largo plazo es probable que se fomente "más crimen y violencia en la frontera en lugar de mejorar el orden y la seguridad debido a que los solicitantes de asilo seguirán llegando y esperarán allí", explica.
"Tampoco está claro que vaya a ser un elemento disuasorio eficaz", dice Chen, porque no dejarán de querer venir y muchos lo harán sin saber si está abierta o cerrada.
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Agilizar proceso
Mientras tanto el acuerdo endurece el estándar de las llamadas entrevistas de miedo creíble, en las que se evalúa si existe una posibilidad de que la persona sea perseguida o torturada si regresa a su país. Los migrantes tendrán que demostrar que tienen una "posibilidad razonable" de que se les conceda.
Quedarían descartados aquellos que tengan antecedentes penales. Además los funcionarios de asilo podrán conceder la solicitud cuando evalúen a la persona si consideran que el caso es claro.
Y si la persona quiere apelar puede hacerlo ante una junta compuesta por funcionarios de asilo. La idea es asignarles bastantes más recursos para no tener que recurrir al sistema judicial federal. El proyecto de ley reduce el proceso de solicitud de los 5 a 7 años actuales a seis meses. ¿Un objetivo realista? "No sucederá de la noche a la mañana. Llevará mucho tiempo implementar esto", prevé Chen.
Una vez superadas las evaluaciones de protección los solicitantes de asilo estarán autorizados a trabajar, para así reducir la presión sobre las ciudades que los acogen. En la actualidad tienen que esperar 180 días a partir del momento en el que presentan la solicitud de asilo.