Varios ejemplares de ballenas piloto murieron el pasado 8 de octubre en las islas Chatham de Nueva Zelanda luego de quedar varadas en la playa del Pacífico Sur, informaron las autoridades este martes.
Al menos 477 ballenas murieron en la misión de rescate, algunas de estas tuvieron que ser sacrificadas para evitarles el sufrimiento. Las ballenas no podían ser reflotadas en el mar debido a la presencia de tiburones que ponían en riesgo a las ballenas y a las personas que intentaban rescatarlas.
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"Esta decisión nunca se toma a la ligera, pero en casos como este es la opción más amable", dijo Dave Lundquist, asesor técnico marino del Departamento de Conservación de Nueva Zelanda.
Las ballenas fueron arrastradas a las islas Chatham, a 840 kilómetros al este de la isla Sur principal, la mayoría ya estaban muertas al llegar al lugar y las sobrevivientes tenían mala salud, informó CNN.
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Los restos de las ballenas se dejarán en el lugar para que se descompongan de forma natural. Hace un mes otro grupo de 200 ballenas piloto encallaron en la isla australiana de Tasmania, donde solo 44 pudieron ser rescatadas.
Estos tipos de varamientos masivos no son inusuales en la isla, en 2017 ocurrió uno donde casi 700 ballenas encallaron en la zona.