El ministro de Defensa de Honduras, José Manuel Zelaya, anunció que todos los corruptos, narcotraficantes y jefes de pandillas que han venido controlando las prisiones del país serán remitidos a la nueva cárcel de máxima seguridad que será construida en las Islas del Cisne, en el Caribe hondureño, situadas a 250 kilómetros de tierra firme.
Añadió que esa cárcel será construida por orden de la presidenta Xiomara Castro.
El anuncio de construir una cárcel en las Islas del Cisne es rechazado por algunos sectores hondureños, principalmente ambientalistas, porque consideran que representará un grave daño ambiental, en una región en la que no hay agua potable y es un parque nacional.
Castro ordenó a la PMOP que interviniera las cárceles del país luego de la matanza de 46 mujeres en el Centro Femenino de Adaptación Social (CEFAS), cercano a Tegucigalpa, y la masacre de trece personas en el interior de un billar en el sector de Choloma, norte hondureño, el 20 y 24 de junio.
Ayer mismo Honduras trasladó a 1.628 presos catalogados como de alta peligrosidad a dos cárceles de máxima seguridad. Entre los reos trasladados hay 802 miembros de la pandilla Barrio 18 que fueron movilizados hacia el centro de detención La Tolva en Morocelí, al oriente del país. En el mismo operativo se movilizaron 826 pandilleros de la Mara Salvatrucha.
El gobierno lanzó la operación “Fe y Esperanza” luego de la matanza de 46 mujeres, el 20 de junio.
La operación se realizó en el marco de una serie de medidas impuestas por el gobierno de Xiomara Castro para endurecer la seguridad del país.
Corrupción y armamento
Las autoridades destruyeron previamente una gran cantidad de armas, la pregunta es cómo llegaron esas armas a las cárceles.
Al menos 1.105 armas de fuego de diverso calibre, entre regulares y artesanales, y 23.925 proyectiles, han sido incautados durante la Operación Fe y Esperanza en las 25 cárceles del sistema penitenciario de Honduras. Lo hallado en el interior de los centros penales hasta ahora “es apenas el 10 por ciento”, según el titular de la PMOP, Ramiro Muñoz, quien recalcó este lunes 11 de julio que mientras él esté al frente de la Policía Militar los prisioneros “no volverán a controlar las cárceles”.
¿Cómo entraron?
En declaraciones a la antena de RFI, Juan Almendarez, director del Centro de Prevención, Tratamiento y Rehabilitación de Víctimas de Tortura, ha subrayado la importancia de la corrupción de las fuerzas del orden en este asunto.
“La primera pregunta que uno se hace es cómo entran armas a la cárcel. Eso es la corrupción policial y militar porque hoy en día existen sistemas modernos de detención de armas y las armas que entraron ahí son la R15 que es muy grande y muy visible. Ellos decían que entraban dentro de la vagina de las mujeres pero eso no puede ser. Es falso, hay cámaras ultramodernas que detectan cualquier situación”.
Muñoz resaltó que todas las armas, municiones y demás aparatos incautados que ingresaron a las cárceles contaron con la “complicidad” de personal de las prisiones y que ahora le corresponderá al Ministerio Público investigar a los responsables.
Además, el oficial indicó que se continuará en la búsqueda de más armas en las prisiones, y que si hubiera militares o miembros de otros cuerpos de seguridad en el tráfico de armas en las cárceles, serán puestos a disposición para que sean investigados.
Según Muñoz, todas las pandillas que han venido controlando las cárceles del país están involucradas en el ingreso de armas a los centros penales.
Almendarez explicó, además, que la mezcla de presos altamente peligrosos como los de las maras con otros de poca o nula peligrosidad contribuye a crear ese ambiente hostil en las cárceles.
El funcionario agregó que la PMOP ya tiene el control de las 25 cárceles y que en ellas ya no habrá “comodidades para nadie”, los reos no tendrán comunicación telefónica, ni televisión, ni ingresarán mujeres a visitarles.