El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, ofreció un optimista panorama económico este martes en su discurso del Estado de la Unión.
Como es tradición cada año, el presidente se dirigió a ambas cámaras del Congreso y enfocó su discurso en los avances en la economía y la generación de trabajos en sus primeros dos años de gobierno.
El mandatario destacó que la tasa de desempleo, que se ha cifrado en 3.4%, es la más baja en los últimos 50 años.
Hace cuatro días, el Buró de Estadísticas Laborales del Departamento de Trabajo publicó esa cifra y agregó que solo en enero se creó más de medio millón de empleos. Además, Biden celebró que en dos años, se ha creado más de 800,000 trabajos en manufactura.
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Esto forma parte de sus esfuerzos para fortalecer la industria local, la cual busca apuntalar aún más con una Ley de Manufactura para consolidar la creación de empleos.
El presidente también destacó la legislación proinfraestructura que promovió, la cual incluye inversiones por hasta $1.2 billones. Además, anunció que en adelante las construcciones a nivel federal se deberán hacer con materiales hechos en Estados Unidos.
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Inflación
Una parte fundamental del discurso de Biden es resaltar sus esfuerzos por contener la inflación, la cual ha sido motivada, mencionó, por las interrupciones de las cadenas de suministro durante la pandemia y agravada por la invasión rusa a Ucrania.
El presidente destaca que con la legislación que promovió para contener la inflación, busca reducir el costo de las medicinas. Como se especuló antes del discurso, él resaltó la reducción de los costos de la insulina. Además, criticó a las grandes farmacéuticas por los altos precios de la insulina. “Ya no más”, afirmó.
Biden recordó que el precio tope del suministro mensual de insulina será de $35.
Biden anuncia que todos los materiales para los nuevos proyectos de construcción deberán ser hechos en Estados Unidos. Además, afirma que esto no viola las reglas de comercio internacional.
Rebote desde el covid y la insurrección
El mandatario destacó que Estados Unidos ha logrado levantarse desde la pandemia del covid-19, la cual forzó a grandes cierres en la economía.
En relación a hace solo dos años, cuando asumió la presidencia, Biden celebró que “el covid ya no nos controla”. Por el contrario, su discurso giró en torno a una economía que se robustece.
Por otra parte, destacó que la democracia está fortalecida y se muestra inquebrantable. Esto, en relación a cómo hace dos años, en el mismo salón donde habló este martes, una turba de fanáticos violentos de Donald Trump intentó detener la certificación de su triunfo.
Esta ha sido la afrenta más grave a la democracia estadounidense desde su fundación, según analistas.
Por otra parte, intentó reducir las tensiones con los republicanos y pidió trabajar juntos. Además, en un gesto de acercamiento, se tomó una pausa para estrechar la mano de Kevin McCarthy, el republicano recién electo como presidente de la Cámara de Representantes y uno de sus principales opositores.
En un gesto simbólico, Biden le dio la bienvenida a los padres de Tyre Nichols, el joven afroamericano que murió a manos de brutalidad policial en Memphis, Tennessee. Este ha sido el último episodio de exceso de fuerza contra minorías raciales.
Pulso con China
Otro tema en el que Biden hizo gran énfasis es en las crecientes tensiones con China, las cuales crecieron durante la última semana por el globo espía que sobrevoló cielos estadounidenses por unos días antes de ser derribado por un avión militar.
Al respecto, el mandatario recordó que le dijo a su contraparte chino, Xi Jinping, que pueden competir como potencias pero que no quiere confrontar.
Sin embargo, advirtió que respondería ante violaciones a la soberanía estadounidense y que no se disculpará con China por fortalecer su país y a sus fuerzas armadas.
Por otra parte, hizo poco énfasis en la invasión rusa a Ucrania y no comprometió más ayuda a ese último país, al cual Estados Unidos ya le envió más de $29 mil millones en asistencia militar y técnica.
Público difícil
Pese a estos avances en materia legislativa, Biden ha reconocido que el efecto de estas nuevas leyes no se verá de inmediato. Algunas, incluso, no se verán en meses o incluso años.
El público de su discurso es difícil y el reto, titánico. El mandatario demócrata ha provocado, cuando menos, un sentido de apatía entre los votantes independientes y un fuerte rechazo de los republicanos. Y su base demócrata tampoco está tan entusiasmada con su desempeño.
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Según la más reciente encuesta del Washington Post y ABC News, el 62% de los estadounidenses consideran que Biden ha logrado poco o nada en sus primeros dos años de gestión. Entre los votantes independientes, este número sube a 66% y entre republicanos, a un alarmante 93%.
Finalmente, a Biden le golpea la percepción de una presidencia débil a nivel internacional. El reciente escándalo diplomático producido por la incursión de un presunto globo espía chino ha servido a los republicanos para reposicionar al presidente demócrata como alguien blando y sin una estrategia firme ante estos adversarios.
A esto se enfrenta un Joe Biden que a pesar de haber sobrevivido el examen de las elecciones de medio término, sigue sin despertar la euforia tan necesaria en un año preelectoral.