Laura Castel, de 38 años, estaba aplicando para obtener la custodia completa de su bebé adoptivo, cuando este perdió la vida bajo su cuidado y ella hizo una desgarradora confesión a las autoridades.
El bebé de 13 meses ingresó a un centro asistencial sin aparentes signos de vida, al ser reanimado Laura dijo que el menor se había golpeado la cabeza tras caer de un sofá; sin embargo, las autoridades determinaron que sus lesiones no coincidían.
Una verdadera tragedia, de acuerdo con el testimonio de la madre adoptiva ella estaba a cargo del pequeño Leiland-James Corkill, en su casa en Barrow-in-Furness, Cumbria.
Al ser interrogada la mujer intentó sostener su versión de los hechos, pero el menor falleció al día siguiente, haciéndola confesar la verdad. Según Laura Castle el niño no dejaba de llorar y gritar, por lo que ella lo tomó en sus brazos y lo sacudió con fuerza.
Cuando soltó al menor presuntamente lo habría sentado en el sofá, pero el niño se tambaleo golpeando su cabeza contra el reposabrazos de mueble y haciéndolo caer al suelo.
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Juicio por homicidio
Durante su testimonio Laura admitió estaba “avergonzada” y “aterrorizada por las consecuencias de sus acciones” por lo que había intentado mentir.
Los expertos en el caso señalaron durante el juicio contra Laura que el grado de fuerza requerido para causar dichas lesiones habría sido “grave” y “considerable”.
“Sugiero que rompiste la parte posterior de la cabeza de Leiland-James con una fuerza significativa contra el reposabrazos del sofá o posiblemente una mesa”, dijo uno de los abogados presentes.
Durante sus declaraciones uno de los presentes cuestionó “¿Qué fue tan frustrante acerca de este bebé que te hizo actuar de esta manera?”.
Mientras que Laura respondió “Estaba tan cansada, agotada y abrumada. Había tanto ruido”. El abogado Michael Brady, arremetió porque no “simplemente” se alejó del niño, entre llantos Laura concluyo “Honestamente, pienso en eso cada segundo del día y me arrepiento de lo que hice, y tengo que pagar las consecuencias”.