El juicio que enfrenta Leniz escobar, alias “la diablita” continúa arrojando macabros detalles sobre la masacre de Jorge Tigre, de 18 años; Michael López, de 20; Jefferson Villalobos, de 18; y Justin Llivicura, de 16; a manos de la mara salvatrucha (MS-13) en un parque de Long Island el 11 de abril de 2017.
El crudo testimonio de uno de los detectives que participó en el caso ha dejado en estado de shock luego de que revelara la escalofriante escena del crimen y el tipo de lesiones que los pandilleros les provocaron a sus víctimas hasta acabar con sus vidas.
Jeffrey Bottari, detective de policía del condado de Suffolk testificó el pasado martes 23 de marzo. Según su relato, a las autoridades les llevó casi 24 horas procesar la matanza en el paruqe.
"Esta fue, con mucho, una de las escenas del crimen más horribles que hemos manejado ... fue simplemente cruel, inexplicable, inimaginable", dijo Bottari cuando la fiscal Justina Geraci le pidió que describiera lo que vio.
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El detective quien es un veterano de 29 años en el departamento que ha trabajado en homicidios desde 2008, dijo que las cuatro víctimas tenían "traumatismo agudo por fuerza contundente". Detalló que dos de los huesos de la mandíbula de las víctimas habían quedado expuestos.
Su testimonio contrasta con el informe que el forense Gerard Catanese realizó luego de la autopsia de los cuerpos de López y Tigre.
De acuerdo con el testimonio del forense, retirado del condado de Suffolk, víctimas sufrieron múltiples heridas en la cabeza que indicaban que habían sido golpeadas con instrumentos punzantes como machetes.
Tigre tenía nueve lesiones de "fuerza cortante" en el cuero cabelludo, algunas de hasta 5 pulgadas de largo, fracturas de cráneo y contusiones cerebrales, dijo Catanese.
López también tenía lesiones en el cuero cabelludo de "fuerza cortante", fracturas de cráneo y parte de su cráneo se rompió en pedazos pequeños, explicó Cantanese.
"Se requiere mucha fuerza para romper el cráneo en pedazos pequeños", dijo Cantanese. "Fue golpeado al menos cinco veces en la cabeza con un instrumento afilado".
“La diablita” enfrenta cargos de asesinato, extorsión y conspiración en el ataque del 11 de abril de 2017 en el parque de Central Islip, donde las autoridades encontraron los cuerpos destrozados de las víctimas. Los incriminados han señalado que los asesinatos fueron "por faltarle el respeto a la MS-13"; debido a las fotografías que publicaron las víctimas en redes sociales en donde se les veía "presumiendo" ser miembros de la pandilla cuando no lo eran.