El presidente de Argentina, Alberto Fernández, ha causado gran polémica luego de que el pasado 24 de agosto lanzara un inquietante mensaje dirigido al fiscal federal Diego Luciani.
El mandatario participaba en una entrevista televisiva en Todo Noticias cuando dijo que el exfiscal Alberto Nisman se suicidó y que esperaba que no le pasara lo mismo a Luciani.
"Alentar la idea de que le puede pasar a Luciani lo que le pasó a Nisman… hasta acá lo que le pasó a Nisman es que se suicidó. Hasta acá no se probó otra cosa. Espero que no haga algo así el fiscal Luciani", dijo Fernández.
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Sus palabras han sido interpretadas como "torpes" y como una amenaza directa para el fiscal Luciani quien lleva un caso en el que se acusa a la vicepresidente argentina Cristina Fernández de Kirchner por un desfalco millonario al Estado.
En 2015, Alberto Nisman fue hallado muerto en su departamento cuatro días después de haber formulado una gravísima denuncia contra la entonces presidenta Cristina Fernández por encubrir a iraníes por un atentado en 1994.
informes forenses descartaron el suicidio de Nisman. Los argumentos que sostuvieron esa tesis apuntan en varias direcciones concluyeron las investigaciones: la trayectoria de la bala, que el cañón de la pistola no estaba apoyado en la sien del fiscal y la ausencia de restos de pólvora en la mano del fiscal.
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Bajo este contexto, las palabras del presidente argentino, cuya comparación se da a unos días que el fiscal Luciani pidiera pena de 12 años de prisión e inhabilitación para la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner por delitos de corrupción, son consideradas graves por diferentes sectores en la nación sudamericana.