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Hama Amadou: "África pertenece a los africanos"

Hama Amadou tiene obviamente una visión clara para Níger, pero también sobre África y aun mas allá, sobre las condiciones del comercio internacional y del mercado que considera “desigual”.

Por Pascal Drouhaud | Oct 01, 2023- 22:14

Protestas en Níger, África. Foto EDH/ AFP

Níger, país de la región del Sahel en África, ha enfrentado un golpe de Estado el 26 de julio pasado. El general Abdurahamne Tiani derrocó al presidente Mohamed Bazum, en ejercicio desde el 2 de abril de 2021, denunciando una degradación política tanto como en materia de seguridad, económica y social. Encabezando el Consejo Nacional para la Salvaguardia de la Patria (CNSP), anunció una transición que duraría, a más tardar, tres años. La Unión Africana suspendió a Níger de sus instituciones, mientras la Comunidad de los Estados de África del Oeste (CEDEAO) ha emitido sanciones. Pero el CNSP refuerza sus bases.

Las tensiones con Francia son fuertes y, de igual manera que en toda la región, crecen. Presente a raíz de acuerdos de defensa, lleva en relación con los países del Sahel, una operación desde 2013 contra movimientos yihadistas: de Malí, se extendió al Burkina Faso, Níger y Chad. Pero, desde 2020, golpes de Estado rompieron esta relación: de Guinea (2021) a Burkina Faso (2022), de Malí (2020-2021) hasta Níger (julio de 2023), la posición de Francia está denunciada por estos países, provocando un reposicionamiento tanto político como militar.

En este contexto de tensiones, un líder político nacional de Níger, exiliado desde más de dos años en Francia, vuelve a su país : Hama Amadou. Actor constante de la vida institucional de su país desde los años 1990, ha sido primer ministro/jefe del gobierno de 1995 hasta 1996, y durante el periodo más largo de la historia contemporánea de su país, de 2000 hasta 2007. Presidente de Asamblea Nacional de 2011 hasta 2013, ha sido candidato a las elecciones presidenciales de 2015 y de 2020 aunque su candidatura fue rechazada por el poder. Principal opositor a los presidentes Issufo (2011-2021) y Bazum (2021-2023), ha sido perseguido por la justicia de su país estos últimos años y se ha exiliado en países africanos y en Francia hasta su regreso el 11 de septiembre pasado.

El Diario de Hoy lo entrevistó el día antes de su regreso a Niamey, la capital de Níger, para que nos presente su visión para África, en el marco de las tensiones actuales y sus motivaciones para su país. Estas son sus impresiones exclusivas para El Diario de Hoy.

EDH: Desde 2020, varios golpes de Estados han ocurrido en África, esencialmente en la zona francófona. ¿Qué significan estos cambios? Ilustran evoluciones en la percepción del “orden internacional”?
Hoy en día, nos damos cuenta en varios países de lo que llamamos el "Sur", que el orden internacional que conocemos desde decenios, ha sido construido sobre la base de la configuración de la desigualdad y de un intercambio desequilibrado de la prosperidad del mundo. Existen países que están considerados como "estanques" de materias primas y otros que han sido considerados como más nobles, que tienen derecho a "la grasa de ovecha", como bien se dice en mi país y por parte del Sahel.

Por supuesto, este desequilibrio, que ha sido deliberadamente creado saliendo de la Segunda Guerra Mundial, instaló un gran problema. Una mayoría de los países en déficit de desarrollo empiezan a decir que esta situación no puede seguir. De una manera o otra, se debe reformar el sistema de la gobernanza mundial.

¿Por qué esta conciencia ocurre solamente ahora?
Se pudo pensar, si consideramos África, que unos cambios del mundo, como el fin de la relación Este-Oeste, iban a atraer una esperanza de mejoría. Pero, al pasar de los años, en lugar de asistir a una reducción de la pobreza, de la miseria y frente las perspectivas de porvenir bastante desastrosas que nos están prometidas, asistimos al proceso inverso. Creo que ha venido el momento en el cual los pueblos reflexionan y se preguntan: ¿estamos idiotas o bien es el sistema que nos impide crecer?

A mi juicio, los problemas de gobernanza que vemos en mi país tanto como en otros están creados justamente por el mismo sistema mundial. Por ejemplo, si tomamos en el caso de África, se está considerando hoy en día que las independencias han sido otorgadas en contraparte de la aceptación del intercambio ilegal del comercio mundial.

En este concepto está integrado el virus de la miseria. ¿Cómo se puede entender que los países africanos con recursos naturales muy ricos, considerados como la base de la prosperidad del mundo, siguen siendo los países con poblaciones dentro de las más miserables del mundo?

No se trata de ninguna magia. Eso significa que existe un sistema que crea esta situación. Pensamos que si queremos mejorar el destino de país en déficit de desarrollo, se debe necesariamente poner en tela de juicio, este sistema de gobernabilidad mundial y desequilibrado.

Debemos poner fin al intercambio desigual. Por ejemplo, cuando los europeos construyen un vehículo, son ellos mismos que determinan, a partir del costo de ingresos, el precio del carro. No son los africanos a quienes se venden estos carros los que decidirán el costo. En el caso inverso, ¿quién se preocupa del precio de ingresos de las materias primas o agrícolas extraídas y producidas en el sótano africano? Son las bolsas y sedes de multinacionales en Nueva York, Londres o París las que deciden de los ingresos. ¿Cómo se puede llegar al verdadero precio en estas condiciones? Aquí tienen las bases de la injusticia más profunda.

Esta conciencia está reforzada hoy en día por los medios de comunicación y las redes sociales. Durante años, la población no tenía la posibilidad en analizar y comparar. Existía un narrativo, una simbólica que se transmitía, haciendo creer a las poblaciones del sur que era la verdad, es decir, el bien o el mal. Hoy en día, a través de la Era Digital, ninguna información difundida puede quedarse sin comentarios de parte de una multitud de canales que llevan la contradicción a la información de Estado.

Es un insulto a los africanos pensar que no entienden las bases de un sistema que se está terminando. África pertenece a los africanos que quieren hacer entender esta realidad. Es decir, que lo que vemos actualmente en África es una reacción a todo lo que participa en infantilizar África y a los africanos. Esto contribuye en una degradación de los relaciones, esencialmente con Francia, hoy en día. Se debe a la vez mirar África con ojos más respetuosos y más conformes al concepto de soberanía. Hoy se entendió que una potencia exterior, cualquier sea, no puede ser un verdadero amigo. Por lo tanto, puede ser un socio.

Foto EDH

¿Usted considera que se está construyendo una etapa nueva en África?
Claro. La demografía africana que Occidente teme empieza a producir sus efectos. En una población en la cual 75% tiene menos de 25 años, todos los problemas de sociedad están exacerbados. Vuelve la vida inaceptable para todos los que se quieren construir perspectivas y no lo pueden, porque viven en condiciones de pobreza y de miseria permanente. Buscan quiénes son los responsables de esta situación. En el espacio francófono consideran que Francia y sus aliados, que dirigieron los países durante años y decenios, son los primeros responsables.

"Ponerlos en la misma olla a hervir", como bien se dice en nuestros pueblos, les parece la solución más apropiada. La juventud no aguanta más esta situación y no puede acomodarse a un sistema que les parece matar su porvenir. Es decir, que vamos hacia un agravamiento de la situación con Francia. Es inevitable: más el número de jóvenes aumenta, más problemas llegan. Es una lógica implacable. La demografía explica la situación que prevalece hoy en día en África, las rupturas y convulsiones que estamos viviendo. Es el único camino que nos hará salir de la trampa de la ayuda al desarrollo.

¿Cuáles serían las soluciones al déficit de desarrollo?
El motivo de la muerte de los países es, según mi juicio, la ayuda al desarrollo. Durante 60 años se afirmó que se ayudó a países africanos sin que haya desarrollo. Es más bien la ayuda al subdesarrollo. La ayuda, bajo esta forma, es un medio de chantaje para poder mantenernos en una situación difícil. Es un medio a través del cual se impide que usemos toda nuestra inteligencia para llamar a todos los medios que nos permitirán salir realmente de este contexto económico nefasto. Solo se trata de encontrar los medios apropiados. Hoy en día es inaceptable seguir como vivimos. Debemos buscar la solución correcta.

La ayuda al desarrollo se transformó en sistema para que sobrevivamos, no más. Nuestras poblaciones hoy en día no pueden extrañar este sistema. Se ha vuelto indispensable pensar el sistemas de las relaciones entre nuestros países. Antes de todo, la soberanía no debe ser tema de disputas esencialmente con los occidentales. Cuando Francia estableció relaciones con China en 1964, nadie le preguntó las razones que la llevaron a esta decisión. De igual manera para los Estados Unidos, Gran Bretaña. Cuando desde hace dos años lanzamos alerta sobre una posible crisis alimentaria en África, ¿quién nos hizo caso?

Tantas actitudes que cuestionan el reconocimiento de nuestra soberanía. Sin ella, se trata de países que están controlados remotamente. Ya no lo aceptamos. El continente africano cuenta con 54 Estados. Cada país tendrá que contar sobre el buen uso de sus recursos naturales. Las soluciones al desarrollo africano deben ser, esencialmente, africanas.

Usted decidió volver a Níger. ¿Qué le está esperando?
Por cierto, vuelvo a mi país, después que mi oposición política me obligó a alejarme y vivir fuera estos últimos años. A pesar de todo, estaba en relación con mi movimiento político y las organizaciones sociales nacionales.

Pienso que los militares han tomando conciencia de una realidad: ya no se puede comprometer en el poder sin el consentimiento previo de las poblaciones. Es la razón por la cual no definieron un plazo a la transición, afirmando que no tendría que sobrepasar tres años. Han dicho que organizarán reuniones de consulta nacional a través de las cuales serán los representantes de las poblaciones quienes dirán cuál es el contenido y la agenda de la transición.

Demuestran que no tienen la intención de quedarse de manera duradera en el poder. Y por otra parte, indican que su legitimidad tendrá que ser definida por la población.

¿África está mirando hacia América Latina?
A mi juicio, las relaciones entre África y América Latina han sido ubicadas bajo el sello de la ayuda al desarrollo. América Latina es un gran continente y, como África, tiene espacio y sectores en vía de desarrollo. Pienso que se hizo todo para que estemos encerrados en una imagen de relación de "pobre hacia pobres", limitando razones de intercambio. Pero si logramos demostrar el interés de esta relación, obviamente crecerá y se volverá interesante. Por cierto, entre nuestros continentes, los motivos de esta relación no existen hoy en día. Si queremos establecer bases de una comercio justo, como lo oí en unas declaraciones en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas o en la reunión del G-77, deberán favorecer una solidaridad para cambiar los paradigmas del intercambio.

Regresando a Níger, ¿cuáles son sus prioridades?
Mi preocupación no consiste en tener una posición particular en el poder de Níger. Lo que me interesa es en contribuir en la lucha para que Níger no vuelva a ser como uno de los países más pobres del mundo. Moralmente y de manera ética, tendré, si lo logro, una gran satisfacción personal. Mi papel estriba en trabajar sobre la concientización de los jóvenes de mi país: que no piensen en "qué voy a ganar", sino en "cómo puedo contribuir" en establecer unos valores nobles, ayudando el Estado en desempeñar un papel útil para todos.

Ahora bien, en término de libertades democráticas, tengo un partido, el Movimiento Democrático Nigeriano (Moden Fa Lumana) y me preparo en la perspectiva de elecciones que tarde o temprano llegarán, que sea o no el candidato presidencial. Trabajaré para que ganemos y podamos reforzar en la justicia, mi país, Níger.

¿Qué lo inspira? ¿Personalidades históricas? ¿Retos especiales ?
La historia es la narración de un mundo muerto. Permite tener una referencia sobre lo que ha sido bien o mal hecho. La historia es un guía moral y, a través de ella, cada uno escoge los valores que quiere defender.

Los que lucharon para la liberación del hombre o de un país hicieron, en sus épocas respectivas, lo que debían hacer. Las épocas de combates de unas grandes figuras históricas son muy diferentes de las que vivimos hoy en día. Diría que las dinámicas de liberación no son todavía completas.

Los que suceden a esta generación deben insistir en luchar e instalar las bases de otra visión de nuestros países: ya no queremos ser y aparecer como asistidos. Nosotros también podríamos ir un día a la Luna y quizás más allá en el espacio. Hace 50 años, ¿quién podía pensar que China podía volver como una de las potencias más grandes del mundo? ¿Qué decir de India, que logró mandar una sonda sobre el polo sur de la Luna? Nadie.

Es decir, que los africanos pueden lograr lo imposible. El esencial es llegar en desarrollar una ambición, cuyas bases son el humanismo. El egoísmo, la maldad no pueden crear un porvenir sostenible. Querer dominar a los demás es destructor y vano. Quiero dedicarme a llevar una visión justa, ética que corresponda a lo que somos.

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