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Discriminación en el trabajo golpea a personas LGTBIQ+

Rodrigo vivió en carne propia vulneraciones a sus derechos en empleos por su orientación sexual y expresión de género

Por Emerson Del Cid | Jun 27, 2024- 19:17

Foto EDH/Emerson Del Cid

Rodrigo Valle es un artista circense y formador artístico de 31 años y miembro de la comunidad LGBTQ+ quien se identifica como gay u homosexual. En cuanto a su expresión de género, él tiene un gusto por la vestimenta femenina, pero en escasas ocasiones puede vestirse así debido a que no hay suficientes espacios y momentos para hacerlo. 

Como formador y educador, Rodrigo trabajó con el Ministerio de Educación y el Ministerio de Cultura en diversos proyectos. Él cuenta que siempre pretende separar el ámbito profesional de su vida personal, pero en ocasiones es complicado evitar hacer algún “gesto” con el cual los demás sobreentiendan su orientación sexual.

Las vulneraciones y discriminaciones en entornos laborales por su orientación sexual han sido su talón de Aquiles para Rodrigo. Este año, mientras trabajaba como formador en un grupo de teatro de una escuela pública, antes de su primera sesión en el centro escolar, el director de la institución le dijo: “Mire, pero no hablará de nada de lo suyo, ¿verdad? Pues sí, para no influenciar a los niños. No quiero que toque el tema de que usted es gay”.

En ese momento, él aseguró que se limitaba a dar el contenido de sus clases. Al tiempo, Rodrigo se dio cuenta que la misma advertencia había sucedido para dos compañeras formadoras más del proyecto que, curiosamente, también forman parte de la comunidad LGBTQ+. 

“A menos que ellos se acercaran a mí en un ambiente de confianza, yo no tengo por qué decirles ‘Hola mi nombre es este y soy esto’”, cuenta Rodrigo. 

La incomodidad aumentó cuando él y sus compañeras recibieron el mismo comentario por parte de la organización promotora que los coordinaba para trabajar en los centros escolares, una organización religiosa que Rodrigo no quiso nombrar. Se actuó de forma injusta, continuó, puesto que consideran que solo por su orientación sexual y expresión de género podrían influenciar “negativamente” en los alumnos y a otros docentes no se les hizo ninguna mención similar. 

Rodrigo explica que son pocos los espacios que se abren para trabajar formalmente y por eso tienden a soportar ese tipo de comentarios o acciones discriminatorias. En su caso, no quiso continuar este año como formador en la organización porque en tres ocasiones le hicieron el comentario de “no mencionar nada relacionado a su orientación sexual”, un aspecto que por profesionalismo Rodrigo ya sabía. Por lo que decidió apartarse del proyecto. 

Valle recuerda con resignación la ocasión que trabajó en una casa de la cultura y escuchó cuando el director dijo: “Todos nosotros (la comunidad LGBTIQ+) merecemos ser despachados de este país, que éramos una plaga tan grande como la de los pandilleros”. 

“¿De verdad entre todos los problemas de este país, nosotros somos esto?” se preguntó Rodrigo. Explica que el tiempo trabajado en esa casa de la cultura fue corto debido al ambiente discriminatorio que sentía.

Discriminación en el trabajo golpea a personas LGTBIQ+
Actualmente Rodrigo participa en diversos espacios culturales con la organización "Circus Contemporaneum" como malabarista. Foto EDH/Emerson Del Cid

En espacios artísticos, Valle asegura que la situación no cambia y son escasos los ámbitos donde no se generen risas, comentarios discriminatorios o en forma de “broma” hacia él o demás miembros de la población LGBTIQ+ por su identidad, expresión de género u orientación sexual. 

Rodrigo recuerda una situación en específico que “marcó la diferencia” en su sentir en este tipo de espacios artísticos. Ensayaba para una obra de teatro y estaba vestido de drag en un rol de mujer cuando sintió por detrás que levantaron su vestido y metieron unas manos en su zona íntima.

“Fue un momento muy incómodo porque ¿Qué te da el derecho de hacerme esa supuesta broma?” , aquejó Valle. “Yo hago malabares con aros hula y ya me han dicho comentarios de que hago esto bien porque son cosas de mujeres, y como yo soy gay”, agregó como parte de los comentarios discriminatorios que ha recibido. 

“Ya va a salir con alguna mariconada”, “Miren el culerito sí sabe de estos temas”, son algunos de los comentarios que ha escuchado Valle en los espacios artísticos formales que ha integrado. 

Rodrigo relata que en 2018 el Ministerio de Cultura lo llamó a él y otros artistas de la comunidad para realizar una serie de actividades en el marco del mes del orgullo, pero todo se vino abajo cuando el Palacio Nacional se iluminó con las luces del arcoíris en honor a la bandera LGBTIQ+ y el Ministerio de Cultura recibió cientos de comentarios negativos ante esta acción. 

“Solo recibimos un correo del Ministerio de Cultura que decía: se cancelan las actividades. Ese ha sido el momento como diciéndonos: no vamos a tratar con ustedes, no queremos tener problemas con la sociedad y nos importa más el público que ustedes”, contó.

Discriminación en el trabajo golpea a personas LGTBIQ+
La especialidad de Rodrigo son los aros hula. Foto EDH/Emerson Del Cid

El 16 de junio de este año, el Ministerio de Cultura canceló la obra drag “Inmoral” a cargo del proyecto LGBTIQ+ “Inari”, luego de que realizaran su primera presentación el sábado 15 de junio en la gran sala del Teatro Nacional y recibiera decenas de comentarios negativos en redes sociales. 

En un comunicado, Cultura aseguró que la obra incluía contenido no apto para todo público y “omitió información deliberadamente en su solicitud de arrendamiento”.

Para el colectivo, “La cancelación y censura del ministerio no hacen más que comprobar la hipótesis de nuestro espectáculo”, y que la situación la perciben como una muestra de “Aporofobia y homofobia..” 

Según el Observatorio de vulneraciones de derechos humanos de personas LGBTQ+ hecho por la ASPIDH, se registraron 16 vulneraciones en entornos laborales por compañeros de trabajo a miembros de la comunidad LGBTQ+ durante el transcurso del 2024.

Sin embargo, organizaciones defensoras de derechos de la población diversa aseguran que esta cifra podría variar debido a que existe gran margen de miembros de la comunidad que no denuncian sus casos de acoso o discriminación en entornos laborales por temor o miedo a consecuencias que puedan afectar su vida profesional. 

A inicios de 2022, las organizaciones Comcavis Trans y Ormusa publicaron un estudio sobre la discriminación y violencia contra la población LGBTI en El Salvador. Según los resultados, el ambiente laboral es el tercer sitio (17%) donde ocurre más discriminación. Está precedido por la convivencia comunitaria (33%), y la familia (26%).

Según el informe Orgullo (Pride) en el trabajo de la OIT, para conseguir un empleo la mayoría de las personas diversas renuncia a ciertos gustos o preferencias, al usar uniforme o asumir un código de vestimenta. Pero esto no es comparable con el impacto y las consecuencias de tener que ajustarse a una determinada forma de vestirse o verse en la obligación de ocultar la orientación sexual o identidad de género, como muchas personas sexualmente diversas lo hacen para evitar los tormentos.

Discriminación en el trabajo golpea a personas LGTBIQ+
Rodrigo Valle con los insultos más comunes e hirientes con los que ha sido tratado. Foto EDH/Emerson Del Cid

Ahora, Rodrigo encontró un espacio donde se puede desarrollar artísticamente, libre de discriminación en gran parte porque parte del staff del movimiento forma parte de la comunidad LGBTIQ+ y acepta el arte con el artista, no lo separan. 

“Aquí nos dieron un espacio libre de discriminación en el que si queremos venir en tacones podemos hacerlo. Iniciativas como esta que son de artistas circenses y otras vivencias se vuelve gratificante”.

¿Qué pueden hacer las empresas para ser más inclusiva?

“Las empresas que son inclusivas atraen y retienen al mejor talento humano. Nadie quiere trabajar en un lugar donde te discriminen, donde te tengas que quedar callado o escondido”, asegura Ramón Candel, representante del Índice de Inclusión y Equidad Empresarial (IIEE), una certificación que trabaja con empresas a nivel nacional y latinoamericano para promover la diversidad y no discriminación en ningún ámbito en espacios laborales.

Crear e implementar talleres de sensibilización en sus trabajadores donde se aborde la no discriminación, qué significa cada letra (LGBTIQ+), crear políticas de no discriminación e inclusión donde internamente se prohibe discriminar a alguien forman parte de las acciones que pueden ejecutar las empresas u organizaciones para volverse un espacio seguro.

“Debemos normalizar esto porque todas las personas somos normales”, asegura Candel como parte de introducir al mundo laboral la equidad de género en todos sus ámbitos. 

Candel explica que cuando una empresa u organización ejecuta este tipo de acciones gana creatividad e innovación de productos y servicios, retienen talento humano a largo plazo, se diferencia de los competidores e incrementa la intención de compra en la empresa, lo que generaría mayores beneficios económicos. 

“Desde el momento que tenés y permitís diferentes opiniones, puntos de vista, vivencias y experiencias encontrarás nuevas soluciones a los retos empresariales”, analiza. 

A nivel latinoamericano, 8 organizaciones han sido certificadas con el IIEE y dos más siguen en su proceso de legitimarse como espacios inclusivos. Han impartido más de 225 talleres de sensibilización en 18 países, incluyendo más de 600 empresas y organizaciones participantes.

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