La Fiscalía General de la República (FGR) informó sobre un nuevo expediente que se suma al Caso Forex, en el cual dos hermanos identificados como Carlos José, Gerardo Javier y José Ricardo Rivas Álvarez, son acusados por el delito de estafa.
De acuerdo con las investigaciones de la Fiscalía, los hermanos estafaron a varias personas a través de una aplicación de inversiones llamada Forex, donde solicitaban a sus víctimas la inversión de grandes cantidades de dinero a cambio de ganancias, pero eso nunca pasó.
Por ese caso, el Juzgado Quinto de Paz de San Salvador emitió la doceava orden de captura a los hermanos, quienes son buscados e investigados por el delito de estafa, donde hasta el momento la FGR ha presentado el requerimiento número 18, en el que se suman 19 víctimas más, a quienes estafaron con más de $65,000.
Según la Fiscalía, los hermanos Rivas Álvarez, quienes continúan prófugos de la justicia, suman en el nuevo proceso penal una estafa con un monto de más de $2 millones contra 490 víctimas. Sin embargo, pese a que los hermanos tienen diez órdenes de captura a nivel internacional, éstos aún no han sido localizados ni mucho menos capturados.
"Hasta el momento, la FGR ha presentado 18 requerimientos contra los hermanos Rivas Álvarez. El Juzgado 5° de Paz ha decretado que el caso pase a la etapa de Instrucción y la difusión de la alerta roja para la INTERPOL".
- FISCALÍA GENERAL DE LA REPÚBLICA.
Los tres hermanos junto a otra empresa crearon una plataforma llamada Forex, mediante la cual promocionaban la idea de que al invertir cierta cantidad de dinero, las personas ganarían dividendos por encima a los que paga el sistema financiero nacional (12%, 14% y hasta el 15% anual).
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Las víctimas denunciaron que fueron invitadas a invertir un mínimo de $1,000, cantidad que presuntamente iba a parar a la Bolsa de Valores. Los acusados, además, habían creado una plataforma en la cual los afectados podían visualizar su inversiones más las supuestas ganancias. El problema surgió cuando, de la noche a la mañana, las víctimas perdieron rastro del dinero y de los ahora prófugos.
La mayoría de los afectados son personas pensionadas, indemnizados por despido laboral, y otros que invirtieron sus ahorros, hicieron préstamos bancarios, y hasta hipotecaron viviendas y vehículos, según el relato de algunas de las víctimas.