Ardillas, mapaches, serpientes, venados, zorros, cotuzas, armadillos, micoleones son parte de las cientos de especies que corren peligro de muerte con la generación de un incendio forestal o en maleza seca, los más comunes en El Salvador.
En El Salvador, en lo que va del 2024 cerca de 2,000 hectáreas de tierra han sido consumidas aseguró el director general de Cuerpo de Bomberos, Baltazar Solano. El funcionario alertó que estos siniestros no solo afectan a la tierra y provocan la muerte de diferentes especies de animales, sino que también "representan una enorme contaminación del ambiente".
Según datos brindados por Solano, entre el 1 de enero y 9 de abril de 2024 se registraron 1897 incendios en maleza seca y 117 forestales, con un total de 2,014 incendios de estos dos tipos. En comparación al 2023 hubo 1,660 incendios en maleza y 165 siniestros forestales, con un total de 1825.
Es decir, este año se registran 189 incendios más de estos dos tipos, sin contar siniestros estructurales, en basureros o vehículos de los cuales también se refleja un aumento drástico.
Según Baltazar Solano, los vientos, la topografía y los combustibles son los factores principales que provocan que los incendios forestales o en maleza seca se propaguen con rapidez.
Gabriela Gavarrete, coordinadora del proyecto “Suma un bosque” de la organización “Un pulmón más” que busca reforestar el cerro Tecana en Santa Ana y explicó a El Diario de Hoy que el cambio climático también influye negativamente en estos desastres.
Gabriela, quien es egresada de la Licenciatura en Biología de la Universidad de El Salvador, agregó que “en un lugar donde haga calor extremo es más probable que se vuelva un incendio de tal magnitud que la biodiversidad y las personas que están alrededor tengan más riesgo”.
La experta destacó que las malas prácticas que tienen las personas deben ser evaluadas y erradicadas para que el país no sufra de olas de incendios constantes que pueden ser agravadas por el cambio climático.
“El 95% de los incendios son provocados, sumado al cambio climático y las altas temperaturas es catastrófico. El origen del incendio puede ser el ser humano pero todo el daño colateral es debido al cambio climático” señala.
¿Qué pasa con la fauna silvestre en un incendio?
La bióloga explica que los animales silvestres sufren dos caminos cuando ocurre un incendio forestal en su hábitat: mueren por las condiciones del incendio o huyen hacia lugares aledaños, saliendo así de su hábitat. Muchos de los lugares donde huyen son posibles hogares o comunidades aledañas donde las personas optan por matar al animal por ser silvestre.
Sin embargo, Gavarrete destaca que no se toma en cuenta la fauna, sobre todo invertebrada, que vive debajo del suelo y que, por el daño que sufre la tierra, se vuelve un lugar inhabitable para estos seres como lombrices y cientos de insectos.
“Todos esos animales que cumplen el ciclo de nutrición del suelo son los primeros que se mueren. Eso es totalmente invisibilizado y estos animales hacen que el suelo sea fértil” destaca la especialista.
La migración de animales a causa de los incendios es un problema más largo y complejo, asegura Gabriela, puesto que existen zonas verdes donde ocurren este tipo de siniestro y las especies no tienen donde huir porque a su alrededor hay construcciones, predominan hogares o colonias donde no hay condiciones para vivir.
“A medida que esto avanza (las construcciones) se hacen parches o islas de biodiversidad que no están conectadas. Lo ideal es que cuando se construye se destine un espacio para conectar un cerro con un bosque, un bosque con un parque y que los animales pasen por este espacio” explica.
¿Pueden regresar estos animales a su hábitat?
Gabriela resalta que posterior a un incendio forestal, en zona verde o maleza seca debería existir una planificación, acorde al lugar donde ocurre el siniestro, que ayude a la regeneración del ecosistema que era antes del desastre para que los animales puedan llegar nuevamente.
Evaluar el tipo de bosque que era, las condiciones en las que se encuentra el suelo para saber si es posible la plantación de árboles o especies, o esperar a que se regenere por sí solo y cuidar la tierra son algunas de las primeras medidas para recuperar estos terrenos.
“Evaluar los tipos de alimentos que habían en la zona y, cuando el suelo sea apto, empezar a plantar especies de árboles para que lleguen de nuevo, proteger especies de aves que traen y llevan semillas. Un animal puede llegar ahí si encuentra los recursos necesarios que tenía en el lugar” enfatiza Gavarrete. El tiempo en el que la flora y fauna afectada por un incendio puede llegar a recuperarse puede llevar de meses a años, pero, el trabajo en terreno debe ser en conjunto tanto entre entidades públicas encargadas como comunidades, enfatiza la especialista.
El cerro Tecana y Nahuistepeque amenazados constantemente por los incendios
Las malas prácticas de los lugareños han amenazado y afectado con incendios de gran magnitud por años al cerro Tecana, en Santa Ana, y al cerro Nahuistepeque, en San Pedro Nonualco, La Paz. Así como cientos de terrenos a lo largo de El Salvador.
En ambos existe la particularidad que existen proyectos que pretenden recuperar estas zonas, a pesar de la constante amenaza de incendios forestales.
Por una parte, el cerro Tecana intenta recuperarse con el proyecto “Suma un bosque” de la organización “Un pulmón más” impulsado por la bióloga Gabriela Gavarrete. Sin embargo, la especialista explica que durante los últimos dos meses, al menos tres incendios han afectado el 30% o 40% del cerro Tecana y afirma que todos estos han sido provocados por personas.
La bióloga considera complicado y preocupante que la práctica de quema de maleza persista y no sea erradicada pese a los continuos intentos de reforestación y recuperación del cerro. “Si ocurre un incendio en un lugar y este lugar se pueda regenerar es una cosa a que el incendio pase todos los años en la misma fecha. Es decir, pueden llegar especies pioneras que llaman a aves, animales que esparcen semillas, hacen sus nidos y se va recuperando en un año, por ejemplo, pero en la siguiente época seca se vuelve a incendiar, poco a poco se va degradando. Es imposible que se recupere en un año” finaliza.
Durante años el cerro Nahuistepeque de San Pedro Nonualco, La Paz, fue afectado por incendios de grandes magnitudes que dañaban la biodiversidad del lugar. Desde hace 4 años, se ejecuta el proyecto ecológico Iytulutepet en este cerro con el objetivo de reforestar y convertirlo en un santuario para flora y fauna silvestre.
Marvin Recinos, colaborador del proyecto, recalcó que en la actualidad no ocurren incendios debido a que como organización tomaron medidas de prevención como campañas de sensibilización contra incendios en lugareños, trabajadores agrícolas para proteger la biodiversidad de este. Recinos asegura que la fauna silvestre regresó al cerro Nahuistepeque gracias a los esfuerzos de restaurar la zona y evitar desastres como los incendios. Animales como osos hormigueros, ocelotes, gatos zontos, puercoespines, coyotes, armadillos y muchos más gozan del santuario en San Pedro Nonualco.