El Albergue Divina Misericordia se ubica sobre la 6a Calle Oriente, a un costado de la Iglesia La Merced. Todos los días llegan alrededor de 35 personas para hospedarse en este refugio. Foto EDH/Emerson Del Cid Ana Eneida Rivera Hernández tiene 54 años de edad. Antes de vivir en la Divina Misericordia vivió en un mesón donde pagaba $50 por un cuarto al mes y luego en el albergue municipal Katya Miranda. Foto EDH/Emerson Del Cid Wilfredo Cisneros tiene 68 años de edad y es originario de Santa Ana. "Se siente una hermandad" asegura, ya que sus compañeros le han ayudado mejorar como persona. Foto EDH/Emerson Del Cid Antes de sus actividades, los inquilinos siempre suelen hacer una oración a Dios en forma de gratitud. Foto EDH/Emerson Del Cid Todas las noches entregan comida como forma de recibimiento a los hospedados. Foto EDH/Emerson Del Cid Rodolfo Quintanilla siempre carga su sombrero y chaqueta, debido a las largas horas que pasa caminando con su venta de herramientas. Foto EDH/Emerson Del Cid Quintanilla vende herramientas para vehículos en distintos puntos de El Salvador desde oriente a occidente. Foto EDH/Emerson Del Cid Rodolfo asegura ser residente de Estados Unidos. Quedó varado en El Salvador hace años, cuando vino a ver su hermana y sobrino, pero no los encontró y no tiene información de ellos. Estos documentos siempre los carga en sus rutas de venta, donde incluye un carnet de residencia de California. Foto EDH/Emerson Del Cid Cada inquilino tiene su día específico para lavar su ropa y secarla. Foto EDH/Emerson Del Cid Usualmente, a las 5:30 que ingresan al albergue los inquilinos lavan y tienden su ropa, como parte de su rutina. Foto EDH/Emerson Del Cid Francisco Domingo Sosa duerme cada día con los ganchos de su ropa tendidos a un costado de su litera. Tiene 70 años y dos de estar hospedado en la casa. Foto EDH/Emerson Del Cid Cada jueves y sábado, el grupo llamado "Hermanas de la fraternidad del camino" junto a la Parroquia Santa Elena, realizan un almuerzo colectivo para los inquilinos y alrededor de 175 indigentes más. Foto EDH/Emerson Del Cid Las hermanas mantienen la tradición de orar y compartir reflexiones bíblicas antes del almuerzo. Foto EDH/Emerson Del Cid Esta vivienda se ha convertido en un refugio donde pueden encontrar resguardo y alimento para muchas personas que no poseen ingresos económicos suficientes para vivienda y alimentación. Foto EDH/Emerson Del Cid Luego del almuerzo, cada persona debe llevar su plato y vaso de comida a dos depósitos para que sean lavados. Foto EDH/Emerson Del Cid Cada noche, Andrés dobla su ropa para dejarla lista para el siguiente día e ira. ganarse "unas fichitas" lavando carros en el Centro Histórico de San Salvador. Foto EDH/Emerson Del Cid Cada persona tiene su casillero donde puede guardar una parte de sus pertenencias. Foto EDH/Emerson Del Cid Algunos inquilinos tienen discapacidades físicas y han encontrado refugio dentro del albergue. Foto EDH/Emerson Del Cid Tulio César Argueta ya es un señor de la tercera edad. Aprovecha a domir lo más temprano posible para ir a cuidar carros al día siguiente y conseguir un poo de dinero. Foto EDH/Emerson Del Cid El albergue hace un llamado a la cercanía con Dios para encontrar "calma y paz" dentro de sus corazones. Dentro de la vivienda, hay diversas imágenes religiosas.Foto EDH/Emerson Del Cid Las puertas del albergue se abren a las 5:30 de la tarde y los inquilinos deben salir a las seis de la mañana.Foto EDH/Emerson Del Cid
Conoce el refugio Divina Misericordia en el Centro Histórico
Desde hace 21 años, una vivienda ubicada en el Barrio San Esteban acoge a 35 personas para que puedan cenar y dormir.