Cientos de feligreses católicos, de diferentes partes del país, llegaron con imágenes de Santos Niños hasta la parroquia, en Antiguo Cuscatlán, para conmemorar el día de los Santos Niños Inocentes ayer, 28 de noviembre. Las ofrendas, los agradecimientos y las peticiones se realizaron durante toda la jornada con la esperanza de ser escuchados.
Raúl Marroquín fue uno de los católicos que llegó, desde temprano, para estar presente en la misa y presentar su imagen ante el altar de la virgen patrona de la parroquia.
A sus 51 años, viajó desde Apulo, en Ilopango, con un niño Jesús adornado con ramos de trigo, flores y con una especie de gruta hecha de morro, que fue pintada de blanco y adornada con guirnaldas navideñas. “Las peticiones son de salud, trabajo, sabiduría y fe”, señaló.
Las actividades religiosas comenzaron a las 10 de mañana con una misa a la cual asistieron al menos unas 300 personas. El arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar Alas, ofreció la liturgia donde se hizo memoria de la matanza de niños y se recordó que hace más de 2 mil años, el rey Herodes I “El Grande” ordenó asesinar a todos los recién nacidos en Belén, tras el anuncio de que un nuevo rey de Israel lo destronaría.
Ese nuevo rey, recién nacido, sería Jesús de Nazareth. Escobar Alas señaló que la Sagrada Familia (Jesús, María y José), se pueden comparar con las miles de familias migrantes que se ven forzadas a escapar a otros países para encontrar una mejor vida o no perecer en la violencia.
Rodrigo Contreras llegó desde Soyapango con su niño como una ofrenda para pedir salud y fe. Tiene 11 años de venir y siempre es una alegría para él asistir, para lo cual se prepara con un mes de antelación. Así como este feligrés, María Azucena, que viene desde Santa Tecla.
“Esto es tradición para nosotros porque es para reunir honor y siempre pedimos por la infancia”, aseguró. A la 1:00 de la tarde, varias familias tomaron a los niños Jesús para unirse a la procesión que recorrió el casco urbano de la ciudad, la cual culminó con la bendición con agua bendita frente a la parroquia Niños Inocentes.
Fue una fiesta acompañada de música, solicitud de favores y agradecimientos.
Carolina Cruz, de Mejicanos, explicó que el niño Jesús que llevó a la procesión está fabricado de madera y tiene al menos 100 años de pertenecer a su familia.
“Esto lo traemos todos los años. Primero era mi abuela paterna, ella falleció y ahora lo hemos asumido nosotros. Todos los años le colocamos una vestimenta diferente. Nosotros venimos para recordar y pedir por todos los niños que a veces no tienen hogar”, señaló.
Muchas familias católicas utilizan esta conmemoración para adornar a sus niños con manteles con encajes, flores, espigas de trigo, faldones de seda, canastas y hasta carroza alegóricas que no pasan desapercibidos para quienes llegan a la conmemoración.
“Venimos todos los años por peticiones de nosotros o de los vecinos que no pudieron venir. Es para darle gracias a Dios y ofrecemos para tener buena salud.
Hasta el momento ningún niño Jesús nos ha fallado. Esta es una forma de agradecimiento”, dijo la feligrés.