
Capiruchos, trompos y arranca cebollas: Recuerda los juegos tradicionales salvadoreños
Hoy que se celebra el día del niño, recuerda estos juegos que marcaron la infancia de muchos salvadoreños.
En El Salvador, los juegos tradicionales, como el Arranca cebollas, ocupan un lugar especial en la memoria colectiva, siendo parte de sus orígenes. Foto EDH / Miguel Lemus Estos espacios son considerados como una ventana a tiempos en los que los juegos implicaban presencialidad, contacto físico y relaciones interpersonales entre los participantes. Foto EDH / Miguel Lemus El capirucho, el trompo y el yoyo, por ejemplo, desarrollan la coordinación motora, mientras que las canicas o chibolas enseñan habilidades estratégicas y de precisión. Foto EDH / Miguel Lemus Estos juguetes, sencillos en su estructura pero ricos en historia y significado, han sido testigos de innumerables horas de entretenimiento, fomentando la creatividad, las habilidades motrices y el sentido de comunidad. Foto EDH/Emerson Del Cid Años atrás eran elaborados a mano por los propios niños o por sus padres, lo que les daba un valor sentimental y despertaba el ingenio y la creatividad. Foto EDH/Emerson Del Cid Entretenerse con estos juguetes en la calle no solo fortalece lazos de amistad, sino que también crea una sensación de comunidad. Foto EDH / Miguel Lemus Dos de los talleres donde se crean capiruchos, yoyos y trompos de madera están ubicados en el distrito de Cojutepeque. Foto EDH/Emerson Del Cid "No paramos, porque lo tradicional siempre se vende manifestó don Merlin, uno de los dueños de los talleres. Foto EDH/Emerson Del Cid En una semana un solo trabajador hace unos mil trompos e igual cantidad de capiruchos" comentó un miembro del taller. Foto EDH/Emerson Del Cid Los adultos mayores que crecieron con estos mismos juguetes a menudo transmiten sus conocimientos a las nuevas generaciones, asegurando la continuidad de estas tradiciones. Foto EDH/Emerson Del Cid En la actualidad, el uso de estos juguetes ha experimentado una notoria disminución, esto se debe, en parte, al auge de la tecnología y a la introducción de otros artículos para entretenerse. Foto EDH/Emerson Del Cid A nivel social, estos juegos y juguetes incentivan la interacción cara a cara, algo que en la era digital se está perdiendo. Foto EDH/Miguel Lemus