El primer restaurante al que llegué fue al restaurante La Cueva. Ahí conocí a una mesera, quien me explicó que este restaurante funciona desde 1999 y su menú varía con variedades de mariscos, aves y cortes de res que van acompañados de una vista frente al mar. Foto EDH/ Yessica Hompanera El restaurante La Cueva está ubicado sobre un risco frente al mar y un lugar que se enorgullece de la vista hacia el mar y de sus platillos. Foto EDH/ Yessica Hompanera Edva Yodek, Catherine Yoder, Mari Miller y Karri Yon, son mujeres menonitas de Massachussets, Estados Unidos. Gustan de los mariscos en el restaurante La Cueva en Acajutla. Foto EDH/ Yessica Hompanera Los platillos en este lugar varían de lo que pidas, lo que me recomiendan los comensales es un coctel de conchas, de $8, y otro de camarones en salsa rosada a $9.95. Los pescados son los más frescos que vienen directamente del muelle artesanal ubicado a un kilómetro; los precios van desde los $15. Foto EDH/ Yessica Hompanera Este es el lugar favorito de Dubal Cruz y Lorena García, quienes tienen cariño a esta playa. Lo conocieron hace tiempo y es el predilecto cada vez que vienen a esta zona costera de Sonsonate. “La vista es preciosa con los atardeceres y los mariscos ocasionalmente se sienten frescos, del día. Aquí se viene a relajar y a ver lo bonito”, señalaron. Foto EDH/ Yessica Hompanera Algo que hay que decir es que todos estos restaurantes no cuentan con una salida directa a la playa de Acajutla, como a diferencia de los ranchos de palmas de cocos ubicados a unos cuantos metros de donde llegan las olas. Al fondo, el restaurante La Cueva. Foto EDH/ Yessica Hompanera El restaurante Carricón, otro espacio que no tiene nada que envidiarle al resto. Es un espacio cómodo con un balcón amplio con vista al mar. Foto EDH/ Yessica Hompanera Omar Machuca es un mesero entusiasta y originario de Acajutla que de buenas a primeras me explicó que su especialidad son la crema de mariscos frescos a $16. Foto EDH/ Yessica Hompanera Cuando la marea está baja los turistas llegan a las peñas a esperar las olas. Foto EDH/ Yessica Hompanera El espacio es rústico, está adornado con manteles de colores y cerca de la barra, con un tiburón tigre. Las bebidas predilectas del bar son las cervezas nacionales e internacionales servidas bien frías que van acompañadas con música variada. Foto EDH/ Yessica Hompanera Contiguo al Carricón se encuentra el bar Las Peñas, llamado de esta forma debido a estar sobre el filo de un peñasco de gran altura que conforman la línea de los restaurantes. Foto EDH/ Yessica Hompanera Sobre la avenida Miramar está el acceso hacia un paseo sobre el mar que es un espacio público. Se entra por un callejón cerca del Centro Judicial de la localidad. Foto EDH/ Yessica Hompanera En el paseo frente al mar tiene algunas instalaciones muestran poco mantenimiento, pero igual ofrece buenas vistas por los peñascos cerca de las olas. Foto EDH/ Yessica Hompanera Los habitantes cercanos a la playa Acajutla llegan a bañarse antes de que el sol se oculte por completo. Foto EDH/ Yessica Hompanera Acajutla tiene otro muelle que hasta hace unos meses comenzó a tomar nuevamente relevancia. El muelle artesanal, como es conocido, es el lugar de donde salen varios de los productos que llegan hasta los platillos de restaurantes como El Tayacán, Carricón, La Cueva. Foto EDH/ Yessica Hompanera A la entrada del Muelle Artesanal existe un puesto de sodas y cócteles de conchas que atiende hasta que se oculta el sol. Aquí se puede disfrutar de la vista en unas sillas. Foto EDH/ Yessica Hompanera Lo que observé fue que estaba en absoluto abandono porque los barandales estaban oxidados y partidos, el suelo agrietado y cuando el sol se oculta esto es una penumbra. Foto EDH/ Yessica Hompanera El Muelle Artesanal es un lugar donde los locales llegan a pescar, es realmente un lugar bonito para esa actividad. Foto EDH/ Yessica Hompanera Este es un pez pargo que fue atrapado por los pescadores del Muelle Artesanal en Acajutla. Su peso total fue de 15 libras y media. Cualquiera creería que por su tamaño tiene un buen precio, pero la realidad de los pescadores es amarga, ya que es raro quien compra un pez entero cuando se habla de estos tamaños. Tantas horas mar adentro para dar a $0.80 la libra. Foto EDH/ Yessica Hompanera Otro de las especies que vienen del mar son las rayas y que son comercializados. Foto EDH/ Yessica Hompanera El muelle artesanal, como es conocido, es el lugar de donde salen varios de los productos que llegan hasta los platillos de restaurantes como El Tayacan, Carricón, La Cueva y el resto de locales que conforman la ciudad. Foto EDH/ Yessica Hompanera Los pescadores y obreros del muelle artesanal señalan que existe falta de interés en remodelar este espacio que se inauguró desde 1988. Foto EDH/ Yessica Hompanera El restaurante El Tayacan pueden departir con amigos y familia en el muelle del restaurante. Al fondo se ubican las luces de los barcos atracados. Foto EDH/ Yessica Hompanera Los clientes del restaurante El Tayacan que se quedan hasta la noche por lo general llega desde las 4 de la tarde para ver el atardecer que ser pierde entre los barcos atracados del puerto de Acajutla. Foto EDH/ Yessica Hompanera Luis García es el gerente de El Tayacan y me cuenta que este lugar comenzó en 2015. “Aquí se disfruta la vista de los barcos, de los atardeceres y de la brisa marina con un ambiente tranquilo”, señaló sin titubear. Foto EDH/ Yessica Hompanera Quien viene aquí se obliga a regresar y no cansarse de ver el atardecer hasta que anochece y las luces del muelle de Acajutla se comienzan a reflejar en el mar. Es una puesta que se debe de repetir. Acajutla resurge nuevamente su esplendor. Foto EDH/ Yessica Hompanera
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