Es un campo lunar o el set de una película de ciencia ficción. Así podría definirse el cráter del volcán Chaparrastique en San Miguel luego de la actividad volcánica de los meses anteriores. Elevado a 2,130 metros sobre el nivel del mar, este lugar representa la osadía de aquellos que se atreven a entrar y pisar el suelo cubierto de ceniza donde apenas y se puede asomar a la orilla de su cráter central.
Subir este estratovolcán implica tener resistencia para cruzar varios senderos y terrenos antes de llegar hasta la cumbre, lo cual puede tomar un tiempo aproximado de cuatro horas de camino, aunque esto dependerá de la condición física de cada persona.
FOTOS: Así se ve el cráter del Chaparrastique
El Chaparrastique está compuesto por varias capas de rocas de composición basáltica y es el tercer volcán más alto del país, el primero lo ocupa el Ilamatepec, en Santa Ana.
Según datos del Ministerio de Turismo, tiene una inclinación de 45 grados, lo que lo convierte en un reto para todos los amantes del senderismo.
Sin embargo, las caminatas al coloso migueleño han bajado significativamente debido a la actividad volcánica que se reactivó el 15 de noviembre de 2022 y que puso en alerta a todas las instituciones debido a su peligro, ya que se registró el levantamiento de columnas de ceniza de aproximadamente cinco kilómetros de altura.
Según el Observatorio de Amenazas del Ministerio del Medio Ambiente de El Salvador (Snet), en 1586 se registraron emanaciones después de 107 años de inactividad.
Tres meses después, la actividad se minimizó y aparentemente volvió a la normalidad, aunque Protección Civil publicó el 31 de diciembre un aviso donde explicó que el volcán todavía despedía leves emanaciones y explosiones de gases, por lo que no se deben realizar actividades turísticas.
Actualmente excursionistas se aventuran a escalarlo bajo su propio riesgo, tomando en cuenta las indicaciones de guías experimentados.