El Hotel Abrego, establecido en el edificio Ester de Abrego, ubicado entre la calle Arce y la 3° avenida norte No 110, en el barrio Centro de San Salvador, es la primera oferta hotelera en el nuevo rostro del centro histórico capitalino.
Con 16 habitaciones y una terraza que permite tener una vista de 360° de las calles y avenidas que le rodean, al edificio se ha vuelto el favorito de los hermanos lejanos que llegan con fines turísticos; según la administración, las personas de países asiáticos y alemanes son los segundos y terceros visitantes que demandan sus servicios.
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Las 16 habitaciones repartidas en tres pisos se dividen en dos Royal suits, 10 habitaciones dobles en las que pueden hospedarse hasta cuatro personas y 4 habitaciones individuales, todas con sus cuartos de baño.
La Mayoría de habitaciones posee la privilegiada vista desde donde se puede apreciar la Catedral Metropolitana, el Mercado Hula Hula o la cotidianidad de la calle Arce; además, desde la terraza se pueden apreciar las otras estructuras de edificios antiguos que poco a poco van cambiando de rostro, mezclado con los colores del cielo salvadoreño que cambian según la hora.
Aunque los precios varían según la aplicación que uses, los precios pueden ir desde $75 por noche. Según la administración, desde su apertura su mejor temporada fueron las vacaciones de Semana Santa y la toma de posesión del segundo período del presidente Bukele.
Cabe recalcar que, por el momento, solo atienden reservaciones gestionadas a través de las aplicaciones de Booking y Trivago.
UN EDIFICIO CON HISTORIA
El edificio Ester Abrego está ubicado en una zona que se consideraba, según historiadores, privilegiada. La calle Arce mostró por muchos años a través de la arquitectura la riqueza que durante las primeras décadas de los años 1900 florecía en San Salvador.
Fue construido entre 1947 y 1949 por el arquitecto José María Durán, uno de los promotores de la corriente Art Deco en El Salvador, y es considerado patrimonio edificado.
El edificio Abrego es recordado como uno de los espacios más pujantes de aquella época, en donde se establecieron varias oficinas de varias ramas profesionales.
Pero ante el cambio de la dinámica comercial, la accesibilidad a la zona y la seguridad, su uso fue cambiando y el inmueble fue utilizado por otro tipo de comercios, como accesorios de celulares, venta de lácteos, farmacia, entre otros.
Ahora el edificio regresa a su esplendor, manteniendo gran parte de su estructura original, gracias a la oferta turística que crece a diario en el Centro Histórico de San Salvador.