El Salvador resguarda muchos lugares pintorescos donde los nacionales e internacionales pueden hacer turismo. Sus playas, bosques, volcanes, lagos, pueblos vivos y cascadas son ideales para desconectarse del ruido de la ciudad y conectar con lo que la madre naturaleza nos ofrece.
Uno de los pueblos preferidos para muchos es Suchitoto, ubicado en el departamento de Cuscatlán. En esta pintoresca ciudad se encuentra de todo. Desde cascadas, museos, montañas hasta hermosos paseos en lanchas por el lago Suchitlán.
El lago es artificial y en el descansan miles de historias. Unas encantadoras y otras desgarradoras. Los que ya han dado un paseo por sus aguas habrán conocido o escuchado de la Isla "El Ermitaño", bautizada con ese nombre debido a que hace un tiempo vivió un hombre en ese lugar. Su nombre era Carlos Lemus quien, alejado del suburbio de la ciudad y las comodidades, vivió en el lugar desde 1989 hasta 2012.
Ahora, la cueva que hizo y sus pocas pertenencias, entre ellas una fotografías de él, son parte de los atractivos que llaman la curiosidad de los visitantes en la isla.
Sin embargo, a pocos metros de la isla, los turistas se topan con tres cruces flotantes. Eso despierta asombro y miedo entre ellos, pues desconocen la historia detrás de estas.
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Cruces flotantes en el lago Suchitlán despiertan asombro entre turistas. Video: imagen de carácter ilustrativo y no comercial/https://vm.tiktok.com/ZMjmB1FCT/
¿Cuál es la historia de las cruces flotantes en el lago Suchitlán?
La mañana del 1 de octubre de 2014 una avioneta de la Fuerza Aérea de El Salvador sufrió desperfectos mecánicos y se accidentó en el lago Suchitlán. De los cuatro tripulantes abordo de la aeronave, solo uno se salvó, el resto murió.
El sobreviviente fue Josué Armando Velásquez Argueta, un técnico en mantenimiento de aviones. Mientras que las tareas de búsqueda para dar con los cuerpos de los demás tripulantes se prolongó hasta el 2 de octubre.
A la misión se sumaron Fuerza Naval, Cruz Roja, Cruz Verde, Polícia Nacional Civil y pescadores de la zona.
Un pescador que se encontraba en el lago Suchitlán describió el momento en el que la aeronave comenzó a descender y caer sobre la laguna.
Él relató haber visto cuando el piloto intentó evitar el impacto, pero el ala derecha golpeó con el agua y se separó de la nave. Después, la avioneta cayó, dio una vuelta y se hundió en cuestión de segundos.
Luego que la aeronave cayó, el testigo y otro pescador auxiliaron al único tripulante que sobrevivió y que quedó a ras del agua. Estos lo llevaron hasta el Puerto San Juan en una lancha, desde donde fue trasladado al hospital Suchitoto.
El pasado lunes 1 de octubre se cumplieron 9 años de ese fatal accidente, cuyas cruces flotantes en el lago Suchitlán rinden homenaje a los tres tripulantes fallecidos. Mientras que el resto de la avioneta descansa en la isla El Ermitaño.
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