En octubre de 2010, Instagram se lanzó oficialmente y su impacto fue tal que hoy es una de las redes sociales más populares de todo el mundo.
Algunas cifras son elocuentes y permiten dimensionar su evolución: durante 2018 alcanzó los 1.000 millones de usuarios mensuales, en 2021 se ubicó sexto entre los sitios web más visitados del mundo y se estima que para 2026 contará con 1,5 mil millones de usuarios activos.
Lee también: Cibercriminales utilizan aplicaciones de citas para fraudes y engaños
El notable crecimiento en las métricas hizo que la mira de los ciberatacantes se vaya enfocando cada vez más en la red social que actualmente es propiedad de Meta.
Así fue como surgieron diversos modelos de estafas mediante los cuales los cibercriminales buscan víctimas para obtener algún tipo de rédito económico o acceso a su información confidencial.
En este contexto, desde ESET, compañía dedicada a la detección proactiva de amenazas, destacan que resulta prioritario que usuarios y usuarias sepan cómo reconocer si una cuenta de Instagram es falsa o no.
A continuación, los puntos clave que permiten identificar su veracidad:
- Seguidores falsos (señal de bots): Una de las principales alarmas que se suele encender ante una posible cuenta falsa es que sus propios seguidores sean falsos. ¿De qué se trata puntualmente? De bots (es un programa informático cuya función es realizar tareas automatizadas a través de Internet, generalmente funciones simples que requieren de cierta repetición) creados para acrecentar el número de seguidores, pero que en definitiva no son personas reales.
De hecho, no se trata de usuarios activos ni participativos y la información que presentan es apócrifa. En la actualidad, miles de aplicaciones móviles y páginas ofrecen este servicio de seguidores falsos. Para chequear la legitimidad de los seguidores de una cuenta, hay diversas herramientas disponibles como FakeCheck, HypeAuditor y también InBeat, entre tantas otras.
- Nombres similares a cuentas verificadas (logo incluido): Otra práctica muy común de los cibercriminales es la creación de cuentas con nombres muy similares a cuentas verificadas, que hasta incluyen el logo de la marca elegida. Recientemente, diversas entidades bancarias vieron suplantada su identidad a través de falsos perfiles de Instagram y también de otras redes sociales. Y hasta personas particulares han visto sus cuentas clonadas.
Desde ESET advierten que una de las herramientas más utilizadas por el cibercrimen es el scrapping que permite monitorear los comentarios y otra actividad de un perfil seleccionado (oficial y real, por supuesto).
El objetivo es contactar a la persona que dejó un comentario, haciéndose pasar por la cuenta verdadera mediante un mensaje directo y la solicitud de un número de WhatsApp para comunicarse y ayudarla con su consulta. El propósito de este engaño es, muchas veces, obtener información confidencial de la víctima, para después llevar a cabo una estafa telefónica y sacar algún provecho económico.
Te pued interesar: Los fenómenos astronómicos de diciembre, los últimos del año
- Pocos seguidores pero muchos seguidos: Otro indicador de que una cuenta es falsa es la desproporción en la cantidad seguidores y de perfiles seguidos. Las cuentas falsas, muchas veces, presentan una cantidad muy baja de seguidores y siguen a un número muy considerable de cuentas. Este desequilibrio suele indicar que la cuenta compra seguidores o son cuentas creadas por bots.
No en todos los casos se trata de una cuenta falsa, sino que hay algunas cuentas reales que se valen de esta técnica para aumentar sus seguidores. De todas maneras, siempre es un buen punto a tener en cuenta.
- Se contactan ofreciendo un beneficio demasiado bueno: Es frecuente que las cuentas falsas se valgan de beneficios exclusivos o premios demasiado buenos para ser verdad para intentar encontrar nuevas víctimas. El modus operandi es sencillo: se etiqueta a la posible víctima en una publicación, solicitando luego que siga la cuenta para hacerse del premio/beneficio.
Para recibir el supuesto premio, la persona debe brindar sus datos personales y hasta, en algunos casos, entregar dinero. El engaño también puede incluir que el usuario reciba un link a una plataforma de pago falsa que permite al ciberdelincuente obtener los datos de la tarjeta de crédito de la víctima.