China reconoció recientemente a los "streamers" como una profesión oficial, en un sector que ya cuenta con un 15 millones de personas transmitiendo en vivo en el país asiático y que brinda oportunidades en un momento de incertidumbre laboral.
El Ministerio de Recursos Humanos chino publicó una lista de nuevas profesiones que incluye la de realizador de transmisiones en directo por internet y que tiene pretende contribuir al desarrollo, la formación y a los estándares de esta industria.
Un nuevo estatus
La streamer Guo Wei, recién maquillada, atendió a la agencia EFE unos minutos antes de presentar una emisión para la plataforma de comercio electrónico JD.com: "Creo que la profesionalización de nuestro oficio elevará nuestro estatus social", explica la joven.
Según el Ministerio de Comercio de China, profesionales como Guo generaron entre enero y octubre de 2023 un volumen de ventas de 2,2 billones de yuanes (310.000 millones de dólares, 280.000 millones de euros), cifra que supuso un aumento interanual del 58,9 % y que representó el 18,1 % de todas las ventas en línea en el país asiático.
China se fijó como objetivo que los profesionales calificados representen al menos el 30 % de la población activa para 2025, en un momento en el que preocupa el desempleo juvenil.
El paro en China para el grupo de edad de 16 a 24 años, excluyendo a los estudiantes, fue del 13,2 %, mientras que la del grupo comprendido entre los 25 y 29 años fue del 6,4 %, según la Oficina Nacional de Estadísticas.
Guo, que comenzó en el mundillo tras dejar su trabajo de presentadora en busca de un trabajo "más libre", confía en que la regularización traiga "más oportunidades laborales" y en que ayudará a "separar los buenos y malos profesionales".
En mayo, un funcionario citado por la agencia Xinhua declaró que "reconocer profesiones emergentes mejora el sentido de pertenencia de las personas" y posibilita que "puedan beneficiarse de políticas oficiales".
Los nuevos vendedores
En la Base de Emisiones Redmanor, un complejo en Pekín que alberga almacenes, oficinas y decenas de habitaciones de diferentes temáticas para realizar streaming, una presentadora enumera velozmente los beneficios para la salud de unas tradicionales pulseras chinas, mientras promete reiteradamente descuentos para aquellos espectadores que se suscriban al canal.
En la misma estancia, Vincent, que organiza el directo, observa cómo se desenvuelve la presentadora durante lo que resulta ser una prueba para ver sus habilidades: "Presto atención a su actitud y su capacidad de expresión", asegura a EFE el empresario, de 31 años.
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"Normalmente, streamers mujeres anuncian este tipo de productos, dirigidos a hombres de entre 30 y 40 años", explica Vincent, que agrega que busca "principalmente, gente con experiencia" y que a la hora de decidir, "se mira el volumen de ventas" generado durante las emisiones.
"La única diferencia entre vender en una tienda y vender por streaming es que la primera se realiza frente a una cámara y la otra, frente a un cliente", sentencia Vincent.
Por su parte, Guo asegura que es un trabajo para el que se necesita "invertir tiempo y esfuerzo" y apropiado para "personas extrovertidas".