René Figueroa recuerda que el primer acercamiento que tuvo con la fotografía fue a través de una cámara de rollo que tenía su padre. A esas alturas de la vida no conocía nada sobre este arte, pero de lo que sí estaba seguro es que quería profundizar más en este rubro.
“Desde antes de los 5 años me quedaba totalmente asombrado al ver desde la parte trasera de la cámara de rollo de mi papá, cómo se abría y cerraba el ‘ojito’ al apretar el botón, no me importaba tomarla foto, solo ver ese abrir y cerrar hipnotizaste”, rememoró.
Esa cámara, que su padre le permitía usar de vez en cuando para capturar su alrededor, fue la que lo influenció a inclinarse por la fotografía, sin imaginar que años más tarde lo convertirían en un destacado fotógrafo.
Se graduó de Ingeniería Civil, de la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” (UCA) y por más de 20 años ejerció está carrera. Luego se dedicó de lleno al talento que había descubierto de pequeño.
“De manera profesional, es decir, como forma de ganarme la vida, inicié en el año 2008. Mis conocimientos previos a esa época eran en parte empíricos y en parte autodidactas, pero hablo de un estudio autodidacta basado en la disciplina, en la búsqueda cuidadosa de contenidos, lectura de libros, tanto de técnica como de pensamiento fotográfico. Podría decirse que unos de mis primeros maestros fue Michael Freeman, pero, ojo, solo a través de unos de sus libros más vendidos: ‘El ojo del fotógrafo’”, confesó.
Por varios años se dedicó a leer diversos libros de arte y fotografía que aportaron un vasto conocimiento a su vida profesional. Leyó tanto que construyó en su casa una biblioteca de unos 60 libros que hablan sobre la fotografía.
Al empaparse de la sabiduría de los grandes, René supo que estaba listo para retratar el arte y la cultura en su mayor esplendor, pero ¿por qué en esta rama? Bueno, porque él es un amante del teatro y de todas las disciplinas que reflejen la esencia del ser humano en acción.
“Cuanto cayó en mis manos una cámara que tenía la capacidad mínima para tomar fotos de una obra de teatro, no dudé en hacerlo. Los primeros registros, desde una butaca y como espectador datan del año 2007, aunque esos registros de ese año no sé dónde quedaron. Ya en 2008, con un mejor equipo, logré realizar fotos de algunas obras, pero ya no como espectador, sino como fotógrafo, hasta que en el año 2010 me nació la idea de hacer una serie fotográfica que fueran retratos de actores y actrices, tanto en escena como en camerino, en cuadros dípticos, y esa búsqueda me llevó a contactar de manera directa a los grupos, y solo en ese año logré tomar fotos de más de 50 obras”, recordó.
Eso le permitió penetrar en el mundo teatral, conocer actores y directores, incluso hacerse amigos de muchos de ellos, y al conocer de manera un poco más profunda este medio, le hizo consolidar su proyecto de “Teatro en El Salvador”.
“Como resultado de todo esto, puedo decir que actualmente me dedico a la fotografía, de dos maneras: un trabajo creativo y un trabajo comercial. El trabajo creativo lo relaciono con la fotografía de artes escénicas, la fotografía conceptual y la fotografía de calle, que me permiten expresar lo que quiero decir, sobre todo a través de exposiciones. El trabajo comercial lo relaciono principalmente con coberturas de eventos artísticos, culturales, sociales y corporativos. Ambos trabajos pueden verse en mi sitio web: renefigueroa.com”, reveló.
Un dato relevante es que su talento le permitió que se le abrieran espacios de trabajos remunerados siempre en el área cultural. Por ejemplo, desde hace 12 años es el fotógrafo oficial del Teatro Luis Poma; tiene más de una década de cubrir el Festival Artístico Chalateco, de la Asociación Tiempos Nuevos Teatro; y desde hace 6 años hace coberturas para el Centro Cultural de España.
En este 2023 cumple 15 años cubriendo la escena nacional desde la parte cultural y asegura que han sido de mucho aprendizaje, conocimiento y, sobre todo, crecimiento.
“15 años significan una ratificación de que estoy en el camino correcto, que hago esto convencido de que es algo que deseo hacer, que disfruto hacer, una ratificación de que este es un proyecto de vida, no es una llamarada de tuzas, que existe en mí ese compromiso total que requieren los grandes proyectos. 15 años significan una pequeña pausa para asegurarme de que no estoy cansado, de que mis energías están como mínimo iguales que al inicio”, dijo orgullosamente.
Y agregó: “He aprendido mucho de la parte creativa que hay detrás de las puestas en escena, he aprendido que, a pesar de las dificultades para hacer teatro en este país, el teatro salvadoreño es de buena calidad y que es un sector que está en constante movimiento. También he aprendido a pasar inadvertido dentro de las salas de teatro”.
El salvadoreño da un vistazo hacia atrás y le parece que “estos 15 años han sido 15 días, porque los ha vivido intensamente, disfrutando de la improvisación fotográfica y de los retos.
Su meta es intentar día a día lograr un aporte creativo en sus fotos, no solo por documentar, sino por encontrar ya sea puntos de vistas, iluminaciones, expresiones corporales, detalles, que el público no logra retener en su memoria, pero que él sí por medio de su lente. Al mismo tiempo, intentar anticiparse a los hechos a través del texto de la obra, para lograr momentos claves, sin dejar de lado la parte narrativa de sus coberturas, ya que por medio de una selección de un promedio de 20 fotos que publica, genera una historia.
Uno de sus mayores sueños es dejar un legado fotográfico del teatro en El Salvador, una especie de fototeca especializada en las artes escénicas. “Aún no tengo claro para qué o si en realidad dentro de 35 años todo ese material tendrá alguna utilidad, pero eso no es una preocupación. Por el momento, mi principal interés es saber cuál será la siguiente obra a retratar; digo retratar porque estoy convencido de que eso es lo que intento hacer, es decir, obtener a través de la fotografía la esencia de una puesta en escena”, indicó.
Para las personas que deseen conocer más sobre René Figueroa, pueden hacerlo este martes 7 de marzo en el lobby del Teatro Luis Poma, donde inaugurará su exposición “Movimiento, 15 años de alegorías y tablas”.
La muestra, bajo la curaduría de Antonio Romero, exhibirá escenas teatrales en las que en las que hay mucho movimiento, captado mediante largas exposiciones y también en el momento decisivo. Todo esto como una metáfora del movimiento y la acción del teatro salvadoreño.
La exposición consta de únicamente 15 fotografías de larga exposición, y un mosaico especial de 20 fotografías, con la técnica del movimiento congelado, que está dedicado a los 20 años del Teatro Luis Poma.