La convivencia con los miembros de la familia real británica ya les estaría “pasando la factura” a los duques de Sussex quienes han tenido que volver a relacionarse con ellos debido al lamentable deceso de Isabel II.
Al parecer la frágil tregua entre el príncipe Harry y Meghan Markle con la monarquía empieza a tambalear. Y esto tendría que ver con una decisión que tomó el rey Carlos III respecto a sus nietos Archie y Lilibet.
De acuerdo a una publicación del periódico británico “The Sun”, el enojo de Harry se debe a que su hijo de 3 años y su hija de 1 año no obtendrían el título de “Su Alteza Real”.
De tal forma que los hijos de los duques de Sussex solo tendrían los títulos de 'príncipe' y 'princesa', respectivamente, pero no el estatus de 'Su Alteza Real', que incluye beneficios como la subvención soberana, una suerte de sueldo por representar a la corona en eventos públicos, así como seguridad privada financiada por la monarquía británica.
Al margen del Megxit, lo cierto es que Harry está atravesando un momento emocionalmente difícil durante su estadía en Inglaterra. Su abuela era una persona muy importante en su vida. Algo que externó en un sentido mensaje póstumo en donde aseguraba estar "eternamente agradecido" a su abuela, a la que dijo echar "mucho de menos".
"Abuela, aunque esta despedida final nos produce una gran tristeza, estoy eternamente agradecido por todos nuestros primeros encuentros, desde mis primeros recuerdos de infancia, hasta nuestro primer encuentro como Comandante en Jefe, pasando por el primer momento en que conociste a mi querida esposa y abrazaste a tus bisnietos", continuó.
"Aprecio esos momentos compartidos contigo, y los muchos otros momentos especiales entre ellos. Ya te echamos mucho de menos, no solo nosotros, sino el mundo", añadió el príncipe, que desde 2020 vive con su esposa Meghan en California.
"Y como se trata de los primeros encuentros, ahora honramos a mi padre en su nuevo papel de rey Carlos III", afirmó, tras haber suavizado en los últimos días unas relaciones con su padre y su hermano mayor Guillermo que son notoriamente tensas.
Desde su conmocionante salida de la monarquía, Enrique siempre había subrayado que mantenía una buena relación con la reina.
En el momento de su muerte, el príncipe se encontraba en Londres para participar en actos benéficos y viajó inmediatamente a la residencia escocesa de Balmoral donde esta falleció.