Pablo Milanés, el fundador de la Nueva Trova cubana falleció el pasado martes a los 79 años en Madrid, donde residía desde 2017 para tratarse de sus problemas de salud, desatando una avalancha de reacciones de pesar en su Cuba natal y en todos los países donde varias generaciones cantaron canciones como "Yolanda" o "Yo no te pido".
La capilla ardiente abrió al público la mañana del miércoles en la Casa de América, una institución cultural en un palacio ubicado en la céntrica plaza madrileña de Cibeles. A un costado del edificio, una fila de personas esperaba con paciencia bajo una pertinaz lluvia de otoño para decir adiós al cantante.
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"Era, junto a Silvio (Rodríguez), uno de los grandes trovadores de Cuba, realmente es una pérdida muy lamentable para todos los cubanos", dijo José Luis Matamoros, un cubano de 68 años residente en España.
A Casa de América llegó Federico Pérez, el hermano de la esposa española del cantante, Nancy, quien habló en representación de la familia para anunciar que Milanés será enterrado en España.
"Será enterrado aquí en la estricta intimidad", dijo Pérez, sin especificar dónde exactamente o cuándo, pidiendo "respeto por el proceso que (están) pasando".
"La familia agradece todo el cariño y el respeto que toda la sociedad y todos los sectores y la población tenían por Pablo. Todo el amor que en este momento se siente, lo agradece profundamente la familia", señaló.
Sobre la posibilidad de realizar algún homenaje en Cuba, dijo: "Son decisiones familiares y personales y se irán sabiendo con los días".
El féretro del cantante descansaba en el elegante salón Miguel de Cervantes de Casa de América, junto a una guitarra y un retrato suyo donde, en blanco y negro, se ve su rostro sonriente.
Lo rodeaban numerosas coronas de flores, enviadas por el cantante Joaquín Sabina y su pareja, el Ballet Nacional de Cuba, su sello discográfico o su familia.
Ante el féretro iban desfilando personas que, en algunos casos, le dejaban flores a uno de los cantantes de cabecera de jóvenes de izquierdas latinoamericanos y españoles de los años 1970, que luego se distanció de la revolución de Fidel Castro.
Al velatorio acudieron varios músicos
"Con certeza, hemos perdido uno de los más grandes artistas y compositores del siglo XX y el XXI también", afirmó a periodistas el argentino Fito Páez, quien definió a Milanés como "su hermano".
"Era una máquina de hacer canciones perfectas", afirmó el cantante de "Mariposa Tecnicolor", al contar que preparaba un disco de tangos con Milanés que "lamentablemente" ya no se podrá concretar.
Con lágrimas en los ojos, la cantante española Massiel, quien grabó canciones de Milanés, recordó el concierto que "Pablo y Silvio" dieron en Madrid el 1 de agosto de 1976, un día antes de que los fundadores de la Nueva Trova comieran en su casa.
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"Pablo era tan humano, como una bolita de amor y de sensibilidad", dijo Massiel.
"Pablo es Cuba, Pablo es mucha cubanía (...) y también su obra se ha extendido internacionalmente por el trabajo poético y filosófico que ha tenido", estimó Dagoberto González Junior, músico y productor de Milanés por tres décadas.
Anunció que el cantante había terminado un disco, "Pablo querido 2", que será editado "próximamente".
Desde que se conoció su muerte, artistas como Omara Portuondo, Eliades Ochoa, Raphael, Alejandro Sanz o Silvio Rodríguez, quien se distanció de Milanés en los ochentas, alabaron su contribución a la música latinoamericana.