Durante una entrevista para el programa "El Hormiguero", Miguel Bosé relató el duro momento que vivió cuando una banda de diez aslatantes entraron a su casa, lo amarraron a él, a sus hijos (Diego y Tadeo), a un amigo de ellos y a una señora que trabaja para el artista.
"Estábamos dormidos ya, eran las 8:30 de la noche, y, de repente, me despierta alguien. Veo caras que no reconozco y estaba encañonado (con pistola y silenciador)", dijo Bosé al presentador Pablo Motos. "Estás perdido, no sabes qué es lo qué pasa. Y veo a mis hijos, pie de cama, estábamos todos rodeados de gente armada hasta los dientes con metralletas, había artillería pesada muy grande. Todos encapuchados con máscaras", agregó.
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De acuerdo al cantante español, los atracadores no eran profesionales, apesar que ellos aseguraban que sí lo eran, ya que hubieron muchas acciones que los delataron.
Además, explicó que no hubo violencia física; sin embargo, lo que lo sacó de su lugar fue cuando uno de los delicuentes lo reconoció y le pidió una "selfie" (autoretrato).
"En un determinado momento, que no sabían a dónde iban, se me queda el jefe mirando, mira a los otros y dice: 'chavos, este es Miguel Bosé' y yo (respondo) 'sí'. Se quitó la máscara y me dice 'yo soy tu fan'. Lo juro", dijo.
"Entonces, le dije 'vamos a a llevar las cosas por buen camino o se acabaron los conciertos'. De repente, se oye una voz fuerte que dice 'una selfie, una selfie'", prosiguió. "En ese momento, tuve la sensación de que no iba a pasar nada y me entró más tranquilidad", explicó.