No había puesto un pie en Inglaterra cuando el príncipe Harry y su esposa, la exactriz Meghan Markle ya habían hecho el primer desplante a la familia real británica. Específicamente el desaire fue en contra del príncipe Carlos.
De acuerdo con el medio londinense, Daily Mail, los duques de Sussex rechazaron la invitación para quedarse con el príncipe Carlos en la finca Balmoral.
VIDEO: Abruman y hacen llorar a Brendan Fraser tras asistir al Festival de Venecia
Por si eso no fuera suficiente, trascendió que Harry estaría evitando a su familia. Medios británico especulan sobre que William tampoco “tiene planes” de ver a su hermano menor hasta que Harry publique sus explosivas memorias a finales de este año.
William, de 40 años, y su esposa, Kate Middleton, evitan todo tipo de contacto con el duque y la duquesa de Sussex hasta que sepan lo que la pareja planea revelar en su documental de Netflix y el próximo libro de Harry.
“Han perdido la oportunidad de que se confíe en ellos, ya que es probable que graben cualquier conversación y la usen en su contra”, dijo a The Sun la biógrafa real, Angela Levin.
Tras su llegada, Harry y Meghan abordarán el tren a Manchester para la cumbre One Young World, donde la duquesa dará un discurso.
Cada vez más alejados
Veinticinco años después de la muerte de su madre, la princesa Diana, los príncipes Guillermo y Enrique luchan por mantener unos lazos que, con el tiempo, se han debilitado.
"Enrique y Guillermo apenas se hablan desde el Megxit", recogía este mes el tabloide The Sun, aludiendo a la decisión de Enrique y su esposa, Meghan Markle, de tomar distancia con la familia real en 2020. Viven en California con sus hijos, Archie y Lilibet.
Tras cumplir 40 años, Guillermo, el hermano mayor, asumió más tareas de la Casa Real, mientras que su hermano, de 37, rechazó las tradiciones por una vida en Estados Unidos.
"Sospecho [...] que la brecha es muy profunda", declaró al Daily Mail el comentarista especializado en la monarquía británica Richard Fitzwilliams.
En el pasado, las cosas eran distintas.
Después de que Diana muriera en un accidente de auto, cuando tenía 36 años, sus dos hijos conmovieron al mundo caminando tras su ataúd. Guillermo tenía 15 años y Enrique, 12.
Ambos estudiaron en el internado Eton. Enrique ingresó en el ejército y Guillermo fue a la universidad.
Parecían muy unidos cuando Guillermo se casó con Catalina Middleton, su novia desde hacía tiempo, en 2011.
"Esa idílica relación fraternal que proyectaban (...) contribuyó mucho a que la monarquía se encarrilase", explicó a la AFP el historiador y escritor Ed Owens.
Pero, tras el matrimonio de Enrique con Meghan, en 2018, la relación empezó a tensarse.
En una entrevista realizada en 2019, Enrique dijo que él y su hermano seguían "caminos diferentes". Un año después, Enrique y Meghan anunciaron que se mudaban a Estados Unidos.
Y en una entrevista acordada a la famosa presentadora estadounidense Oprah Winfrey en marzo de 2021, Meghan afirmó que Catalina la había hecho llorar.
Pero la acusación más grave fue la de que una persona de la familia real --cuya identidad no revelaron-- habría especulado sobre el color de piel que tendría el futuro hijo de Meghan, que es mestiza.
Guillermo reaccionó más tarde afirmando a un periodista que su familia no era racista "en absoluto".
Ninguna interacción
Ambos hermanos han tenido que soportar los sinsabores de la prensa sensacionalista británica desde la muerte de su madre.
Enrique le dijo a Winfrey que dejó el Reino Unido para evitar que "la historia se repitiera", comparando el acoso de los reporteros y fotógrafos a Meghan con el trato recibido por Diana.
Sin embargo, el rechazo que ambos sienten por gran parte de los medios no ha hecho que se hayan unido más.
Apenas parecían hablarse cuando inauguraron una estatua en honor a su madre en los jardines del Palacio de Kensington en julio del año pasado.
Y durante los actos organizados por el jubileo de platino de la reina Isabel II, en junio, no se sentaron juntos durante la misa.
Según el Daily Telegraph, "no hubo interacción alguna".
Enrique y Meghan tienen previsto viajar al Reino Unido en septiembre, tres meses después de su última visita, y quedarse en una finca de la reina en Windsor, cerca del nuevo domicilio familiar que tiene Guillermo allí.
Pero, según la prensa británica, los dos hermanos no tienen planeado verse.
Aún así, Robert Hardman, un excorresponsal especializado en temas monárquicos, planteó la posibilidad de una reconciliación.
"Obviamente, se han alejado pero son hermanos, esto es una familia", dijo el periodista y escritor a la AFP.
"Para mí, parece que nos encaminamos hacia unos viajes cada vez más regulares al Reino Unido", apuntó. "Y cada vez que eso pasa, las cosas se van destensando".
"Ansiedad"
Pero esta evolución de la relación entre los hermanos podría depender de las memorias de Enrique que supuestamente se publicarán a finales de este año.
Un tema que, según el Telegraph, estaría "generando ansiedad" entre los miembros de la familia real, que temen que el volumen sirva para "ajustar cuentas y hacer más afirmaciones sensacionalistas".
"El libro será muy explosivo", apostilló Hardman, quien espera del texto que sea "extremadamente duro con los medios de comunicación" y "bastante duro con el Palacio".
Las opiniones divergen sobre si la familia real necesita o no a Enrique.
"Nadie es más grande que la institución, así que la monarquía saldrá adelante con o sin ellos. Ellos no son esenciales", declaró Hardman aludiendo a Enrique y Meghan.
En cambio, Ed Owens destacó que la salida de Enrique "privó a la monarquía de uno de sus salvadores", en su calidad de "miembro de la realeza informal", el que más "tiene los pies en la tierra".
"Creo que, en algún momento, necesitarán que Enrique vuelva", declaró la especialista Tina Brown a The Guardian, refiriéndose al príncipe como "un activo" para la monarquía, que podría atenuar la presión sobre Guillermo y Catalina.